Gracias, gracias y muchas gracias. Qué menos que enviar un mensaje de agradecimiento para todas aquellas personas que trabajarán tanto en Nochebuena como en Nochevieja, y que desempeñarán una labor encomiable para que el resto de los mortales puedan disfrutar de estas dos fechas tan señaladas en el calendario. Y es que mientras muchos conquenses disfrutarán de una gran cena junto a sus seres queridos, otros tendrán que arremangarse en sus diferentes puestos de trabajo. De esta forma, asumirán el hecho de tomarse las doce uvas lejos de los suyos y muchos de forma solitaria en sus quehaceres. Algunos incluso no tendrán tiempo ni siquiera de tomarlas. Es una realidad, pero sus ejercicios son de vital importancia para hacer prevalecer siempre el bienestar social.
Son muchas las profesiones que mantendrán su actividad durante estas noches, pero como vienen haciendo cada día del año porque nunca bajan la guardia. Algunos casos, por citar algunos, son los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, los sanitarios o los taxistas, que no solo mantendrán sus servicios, sino que redoblarán esfuerzos en estas tradicionales fechas porque la carga de trabajo se multiplica. Pero es algo que ya conocen porque no es la primera vez que lo hacen.
El agente de la Guardia Civil Sergio Narbón explica que «es una noche igual que otra» cuando habla sobre tener que trabajar tanto Nochebuena como Nochevieja, pero incide en que «hay bastante más trabajo». Este agente, que ejerce en la Central Operativa de Servicios (COS), tiene que mantenerse siempre en alerta porque recibe todas las llamadas de socorro y emergencia que se llevan cabo en lo ancho y largo de la provincia conquense.
Narbón expresa que «recibimos más llamadas porque son noches donde hay mucho más movimiento social, la meteorología es adversa y hay más reuniones y celebraciones entre la gente». El descolgar el teléfono y organizar el operativo de atención al ciudadano se convierte en una constante. Este agente entrará a trabajar en Nochevieja a las 23 horas y es difícil cuantificar el número de llamadas que atenderá hasta las siete de la mañana. El horario le impide tomarse las uvas con su mujer e hijos, pero es «algo a lo que estoy acostumbrado porque ya lo he vivido varias veces».
¡Me toca trabajar! - Foto: Manu ReinaNo estará solo porque habrá un compañero junto a él. La única opción que les queda para dar, como sea, la bienvenida al año nuevo es «tomarnos las uvas con la televisión o la radio encendida para seguir las campanadas, siempre y cuando no haya ninguna llamada en curso». Narbón insiste en que «estamos en todo momento en alerta y muy atentos a cualquier llamada porque es nuestro trabajo y así debemos cumplir». Si su ejercicio se lo permite y todo está tranquilo, hará una videollamada para al menos felicitarse el año nuevo con los suyos.
Transporte. Por su parte, el presidente de la Asociación de Taxis de Cuenca, Alfredo Arcas, tendrá que montarse al volante de su coche «a las 12,05 horas porque a los pocos minutos de tomarnos las uvas empiezan a llegar muchísimas llamadas». De ahí que pida «calma y paciencia por si hay un poco de demora para atender todas las peticiones». Alfredo sí que podrá tomarse las doce uvas, aunque tendrá que salir pitando de casa y sin ninguna opción de hacer la digestión. El trabajo se intensifica «hasta la una o una y media». A partir de ahí la situación se relaja porque «ya todo el mundo está en los cotillones, bares y restaurantes».
El incremento del curro vuelve otra vez «a partir de las tres y media que es cuando empiezan a volver a sus casas». Alfredo detalla que es «un goteo de llamadas hasta las siete u ocho de la mañana». Los más jóvenes apuran más. Este taxista, que trabajará hasta las doce del mediodía, recalca que «es nuestro trabajo y estamos para eso, para llevar y traer gente».
¡Me toca trabajar! - Foto: Manu ReinaAl menos sí que será beneficioso para sus economías. El presidente de la Asociación de Taxis de Cuenca explica que es una noche «productiva» porque la tarifa es más alta porque se trata de un día festivo y en horario nocturno, que termina a las seis de la mañana. Además, cada viaje tiene «un suplemento especial de 70 céntimos».
Salud. Otro de los servicios fundamentales es el sanitario, tan imprescindibles como los anteriores. Los profesionales de la sanidad están siempre «en primera línea» para atender a cualquier paciente que lo requiera. Son muchas las personas que se ponen la bata médica durante estas noches tan especiales para hacer prevalecer siempre el servicio médico. Félix González y Juan Ramón Toledo son solo una pequeñísima representación de los centenares de sanitarios que velarán por todos en el Hospital Virgen de la Luz durante mañana o Nochevieja.
El jefe de servicio de la unidad de urgencias del Virgen de la Luz, Félix González, señala que trabajar en estas fechas genera «un sentimiento agridulce porque no estás con la familia, pero alguien se tiene que quedar para que los demás disfruten». Es de vital importancia que los ciudadanos sientan «el manto protector durante estos fechas, como también ocurre las 24 horas de los 365 días del año». González detalla que «haremos una pequeña cena aquí en una sala pero nunca podemos juntarnos todos, siempre hay pacientes que tenemos que abordar».
El jefe de servicio de la unidad de urgencias del hospital explica que el año pasado «me tomé tres uvas y a la cuarta hubo que socorrer a un paciente por parada cardíaca». Félix, que ha perdido la cuenta de cuántas cenas de Navidad se ha perdido, subraya que «la primera línea siempre aguantará y estará ahí, da igual que día sea».
Por su parte, Juan Ramón Toledo, jefe de unidad de urgencias del Hospital Virgen de la Luz, confirma todas las palabras de su compañero e incide en que «todos estamos aquí al servicio de los pacientes, sabemos lo que tenemos que hacer y siempre estamos en nuestros puestos». Este sanitario recalca que «nuestro trabajo es así, como el resto de sanitarios que hacen una labor encomiable» y manifiesta que «lo pasaremos lo mejor posible».
En definitiva, tanto unos como otros, estas personas, como muchas otras, son auténticos profesionales y sacrifican su felicidad personal para asegurar la de los demás. La lista no se queda aquí porque hay muchos más oficios que también trasnocharán en sus puestos de trabajo, como camareros, barrenderos, bomberos, vigilantes de seguridad... Una de las formas de responder y agradecer sus esfuerzos es «actuar con civismo y tener responsabilidad», porque eso minimizará el riesgo y las actuaciones que haya que llevar a cabo. Porque estas fiestas son exclusivamente para disfrutar, y nada más.