Aunque llegar a la élite sin haber cumplido la mayoría de edad se está empezando a normalizar dentro del mundo del fútbol, no hace mucho tiempo que lo habitual era brillar en lo más alto bien avanzada la veintena. Muchos que ya son leyendas en sus equipos lo hicieron así. Lo que están logrando Lamine Yamal, Geovany Quenda, Endrick, Cubarsí y compañía no le quita mérito a otra estirpe de jugadores que siguen explotando con más edad. Es el caso de Nicolas Kuhn, el alemán que al haber llegado al Celtic ha descubierto todo su potencial después de dar tumbos por el Viejo Continente.
En su DNI figuran 24 primaveras bien entradas, ya que cumplirá 25 en Año Nuevo, pero eso no ha sido óbice para despuntar con un campeón de la Copa de Europa, sobre todo en esa competición. Antes de aterrizar en Celtic Park, el germano se tuvo que buscar la vida y apostar decididamente por el fútbol.
Comenzó sus primeros pasos en el Wunstorf, club de su localidad de origen, una coqueta ciudad de unos 40.000 habitantes en la Baja Sajonia, y pronto empezó a llamar la atención de otros equipos de la zona. Primero lo hizo el St. Pauli, ahora conjunto de Bundesliga, y para allá que se fue. Dos años después, el Hannover llamó a su puerta, hasta que en 2015 la factoría Red Bull vio algo en él y decidió adherirlo a su inacabable academia.
Con los cuadros juveniles del Leipzig fue quemando etapas hasta que se marchó al sub'21 del Ajax. Desde Ámsterdam, antes de que la pandemia asolara Europa, dio el salto al Bayern de Múnich. Lo que parecía una progresión normal se truncó en Baviera tras una cesión en el Erzgebirge Aue infructuosa que le convenció de buscarse las habichuelas lejos de su país. El Rapid de Viena le acogió.
La llamada
En la capital de Austria comenzó su ascenso. En la 22/23 marcó cuatro goles y dio tres asistencias, unos números, aunque no muy destacados, que llamaron la atención del Celtic a mediados de la 23/24, que lo fichó en el mercado de invierno.
Brendan Rodgers, entrenador de los escoceses, fue capaz de encauzar todo el talento que la zurda de Kuhn tenía, y ponerlo al servicio del equipo. Aunque comenzó entrando desde el banquillo, acabó la fase final de la Scottish Premiership como titular. De hecho, un gol suyo en las semifinales de la Copa ante el Aberdeen fue clave para que su combinado consiguiera el pase a la final.
En la campaña actual, en apenas cuatro meses, ya ha explotado definitivamente. Lleva disputados 1.289 minutos entre todas las competiciones, en las que ha anotado 11 goles y ha repartido 11 asistencias, unos guarismos que no han parado de subir su caché. De hecho, su tanto ante elLeipzig en la Champions fue una de las acciones más destacadas de la jornada.
En cuanto a su juego, Kuhn desempeña la moderna labor de extremo derecho zurdo con mucho desborde y que le gusta meterse hacia adentro. Sin embargo, su buen manejo de la diestra también le permite tener salida por fuera y ganar la línea de fondo, lo que le hace ser especialmente difícil de defender.
Además, su buena sensibilidad en el pase y olfato en los metros finales le permiten presentar ya unas cifras importantes con las que se ha destapado en la máxima competición de clubes, esa que se ha ganado a pulso a jugar tras dar muchos tumbos.