Llegó la primera victoria lejos de El Sargal. Fue en una cancha rocosa, como es la del Nava. Y es que el calendario del Rebi Cuenca fuera de casa ha sido «muy complicado», siendo «difícil» puntuar. Bidasoa, León, Cangas y Torrelavega son otros destinos que los de Cuenca ya han borrado de este complejo calendario. Con la victoria en la pista segoviana «ganamos un plus para afrontar con garantías lo que resta de primera vuelta», apunta Lidio Jiménez.
En su radiografía del duelo, el míster del Rebi habla de dos partes bien diferenciadas. Una primera en la que el equipo «empieza mal, sin intensidad ni dureza defensiva, y ellos muy bien, dinámicos, con anticipación y leyendo bien el partido». La segunda, por el contrario, «fuimos muy superiores, tanto en defensa como en ataque, apoyados en una gran portería, y esa ventaja de tres o cuatro goles nos dio la vida; ellos se pusieron más nerviosos que nosotros, y aprovechamos esos minutos para irnos en el marcador».
El acierto conquense radicó en no dejar que el Nava hiciera su balonmano. «Estábamos haciendo un juego demasiado circular y hemos ido a un juego más directo, buscando los uno contra uno, además de estar finos en el lanzamiento, porque meter 20 goles aquí en una parte no es fácil».
El portero del Rebi y un pilar maestro de la victoria en Nava (28-32), Pedro Tonicher, destaca por su parte que el partido fue «muy equilibrado» y debido a la dificultad que entraña esta pista, «es muy positivo salir de aquí con los dos puntos». Ahora solo toca «trabajar» para recibir al Villa de Aranda este viernes (21,30 horas) y sumar la que puede ser la tercera victoria consecutiva y la cuarta en cinco partidos.