Los andamios en torno a la torre de la iglesia de El Salvador regresan al skyline de la ciudad de Cuenca, dos años después de los instalados para acometer un examen exhaustivo del estado de este elemento neogótico tras el desprendimiento de uno de sus guardillones en junio de 2019.
Eso sí, en esta ocasión, el andamiaje es el paso previo necesario para el arranque de las obras de restauración y consolidación del chapitel, la primera fase para la recuperación de esta torre de principios del siglo XX.
Unas obras que, según el arquitecto Rubén Amigo, corredactor del proyecto junto a Laura López, darán comienzo esta misma semana, una vez se concluya el montaje del andamiaje, que se ha prolongado casi un mes no solo por la complejidad del mismo, sino también por las adversas condiciones meteorológicas de las últimas semanas.
Se ha instalado un andamio de 44 metros de altura. - Foto: Miguel A. RamónSe inicia, por lo tanto, la cuenta atrás hacia la recuperación de esta torre, que, en opinión de Amigo, es tal su deterioro, que hace de esta actuación no solo algo necesario, sino también urgente.
Y es que, tal y como subraya, no solo la estructura de madera del chapitel está muy degradada, sino que, además, las tejas de zinc se encuentran muy deterioradas y las protecciones de las cornisas, también de zinc, han desaparecido por completo en muchas zonas.
Actuación. Para esta primera fase, que cuenta con un presupuesto de 413.805 euros financiado en su totalidad por el Consorcio de la Ciudad de Cuenca, ha sido necesario el montaje de un andamiaje muy especial, al tratarse, según explica, «de una actuación con mucho trabajo artesanal, lo que obliga a montar los diversos talleres en los propios andamios, junto a la zona de trabajo, con el fin de no estar subiendo y bajando constantemente y prolongando la ejecución de las obras más de lo debido».
El chapitel se encuentra muy deteriorado. - Foto: R.A.Es por ello que este andamio, de 44 metros de altura, es muy resistente y está diseñado para soportar grandes pesos, como el de la maquinaria a instalar en altura de los distintos talleres artesanales, como el de madera, el de cantería o el de zinc y plomo, así como el acopio de materiales.
La empresa Acerouno es la encargada de ejecutar estos trabajos, que cuentan con un plazo de ejecución de unos cuatro meses, eso sí, en palabras del corredactor del proyecto, «si el tiempo no lo impide».
Los primeros trabajos van a consistir en el desmontaje y posterior restauración de la veleta, las tejas de zinc, los guardillones y el entablado, dejando al aire la estructura de metálica del chapitel, lo que permitirá su revisión y restauración, al igual que los apoyos en la fábrica de cantería.
El deterioro se hace extensible a la cantería. - Foto: R.A.Las labores proseguirán con el montaje del entablado sobre la estructura metálica ya restaurada, la colocación de una lámina impermeabilizante y sobre ella las tejas de zinc y los cuatro nuevos guardillones, que «serán una reproducción de los originales». Todo se culminará con la instalación de un pararrayos, porque, tal y como explica, «actualmente no tiene uno como tal, sino una veleta con toma de tierra y poco más».
Próximas fases. Con esta intervención, se acometería tan solo la primera de las tres fases contempladas por la Parroquia de El Salvador en su plan director para la recuperación de la torre, que sufre de importantes deterioros, tanto en la cantería y los ladrillos exteriores como en las escaleras y forjados interiores.
De ahí que la idea inicial pase por continuar, aprovechando los actuales andamios, con la segunda fase centrada en la restauración y consolidación del exterior y una tercera para el interior.
Es por ello que, en palabras del corredactor del proyecto, desde la Parroquia se pretende concurrir a la nueva convocatoria de subvenciones del Consorcio de la Ciudad de Cuenca en busca de la financiación necesaria para la ejecución de estas dos restantes fases, que permitan rehabilitar y consolidar este emblemático elemento arquitectónico de la ciudad tan castigado por el paso del tiempo.