«Un año de desidia pura y dejadez»

Manu Reina
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Rober Gutiérrez se siente «muy triste» tras el anuncio del Ayuntamiento de usar La Fuensanta para las conciertos de feria y señala que es «una tomadura de pelo»

«Un año de desidia pura y dejadez» - Foto: Alfonso Fernández

«Es una tomadura de pelo y no se valora realmente a una institución con tanta historia como el Conquense». Así de tajante se mostró el técnico de la Balompédica, Rober Gutiérrez, que hizo unas valoraciones sobre la decisión del Ayuntamiento de celebrar los conciertos de la feria de San Julián en La Fuensanta, teniendo en cuenta las repercusiones negativas que genera en el estado del césped. Es una medida que para nada comparte la Balompédica e incluso la junta gestora salió al paso para pedir una rectificación antes del 15 de mayo.  

Rober Gutiérrez reconoció que se siente «muy triste» e incluso apuntó que «no me gustaría dedicarle mucho tiempo a hablar de algo que no es responsabilidad nuestra», mucho más cuando «los que toman decisiones dedican muy poco tiempo a pensar en nosotros», en clara referencia al Consistorio.

El Conquense, que ya consiguió el ascenso, juega este domingo (18 horas) su último encuentro de la presente temporada con la visita al CP Villarrobledo. Pero es un partido que ha quedado relegado a un segundo plano tras la polémica acaecida. El club visitó el pasado lunes el Ayuntamiento y al alcalde, Darío Dolz, para ofrecer el título de campeón, y tanto Rober como el representante de la junta gestora, Alberto Asensi, aprovecharon la ocasión para demandar mejoras en las instalaciones y un apoyo más notable al club. Un día y medio después se produjo la noticia de la celebración de los conciertos en La Fuensanta. El técnico señaló que, pese al compromiso de Dolz en ese mismo recibimiento por aumentar el apoyo y respaldo a la entidad, «creo que la decisión estaba ya tomada». 

El técnico de la Balompédica, que se siente «un conquense más», revela que «llevamos un año de desidia pura y dejadez», donde «no se ha tendido la mano», y «más bien se han puesto palos en las ruedas». Una «mentira tras otra, que agota y que genera un desgaste». «Ha habido muchas reuniones y siempre es lo mismo, y al final el vaso se llena y se derrama», añadió. 

También aseguró que «no me extraña que el Grupo Herce o las empresas que pudieran entrar al club se echasen para atrás». Entre otras cosas, porque es «evidente que el apoyo es escaso». Rober Gutiérrez mostró su desconcierto porque «no sé si es la deuda histórica o las relaciones del tiempo, pero sinceramente tiene que cambiar», en referencia a la relación entre el Ayuntamiento y el club.

Problemas. El almeriense fue incluso más allá y detalló que, «de momento, no tiene solución», porque los problemas se vienen repitiendo durante toda la campaña. «No hemos podido entrenar en días festivos, solo tenemos una única ducha para ducharnos con 22 jugadores que somos, la instalación de Los Tiradores estaba cerrada en muchas ocasiones porque estaban los empleados de vacaciones, nos hemos tenido que cambiar en la grada del Joaquín Caparrós en pleno mes de octubre o noviembre», narró impedimento por impedimento. 

Rober, que no pudo morderse la lengua, recalcó que «ésto la gente tiene que saberlo». También apuntó que «con una ciudad tan maravillosa como Cuenca no puede ser que El Sargal esté como esté, con las baldosas levantadas en los accesos, es una pena».

El entrenador del Conquense afirmó que «hay que sentarse y hablar para intentar llegar a buen puerto» y lamentó que no se hable de las cosas bonitas, como el impacto «económico, deportivo y social» que puede suponer para la ciudad que el equipo compita en Segunda RFEF, que es una categoría de ámbito nacional, por lo que va «a venir mucha gente».

Para el técnico, «en lugar de tener esa comunión, aquí parece que cada uno mira su ombligo y no sé qué intereses habrá de hacer los conciertos en La Fuensanta, pero en el mundo quedamos muy pocos tontos». Rober Gutiérrez criticó que «hay espacios para hacerse los conciertos, pero hay intereses que no le vendrán bien al Ayuntamiento hacerlos público». 

Por último, el entrenador almeriense alabó la ciudad, una vez más, porque es «maravillosa», pero la «pena es que esté tan dejada y áspera», sentenció.