El aforismo asegura que «leer es un placer que nunca se agota» y es un principio que se puede aplicar, especialmente, a las personas mayores. Es por ello que los clubes de lectura no tienen un límite de edad y el que está ubicado en el Centro de Mayores de Tarancón es uno de los que más tradición tiene. 

Charo Doménech es la encargada desde hace 24 años de hacer llegar a las personas de avanzada edad esas historias que les trasladan a otro mundo. «Con los años, el número de miembros ha ido disminuyendo por razones de salud, pero el entusiasmo que muestran es señal de que les sigue apasionando cualquier historia, sea de amor o de guerra», asegura.

Cambio temporal

Desde siempre, el Centro de Mayores ha sido la sede de estos encuentros, que se producen todos los viernes a las cinco de la tarde, pero las obras de construcción de uno nuevo han obligado a trasladar sus encuentros a otro sitio, y cuál mejor que la Biblioteca Luis Rius, que ve cómo ello no les impide trasladarse con la misma ilusión. «Yo estoy muy contenta de ver cómo se mantienen, solo hay que ver que somos el único club de lectura al que acuden hombres, eso dice mucho», concluye Doménech.