Desde hace unos cuantos años, a las tradicionales campañas comerciales de las rebajas de verano, el Día de la Madre, San Valentín o Navidad, se han sumado otras, de origen norteamericano, como el Black Friday, el Cyber Monday o el Single's Day, que cada vez se implantan más en el ideario del consumidor global, hasta el punto de marcar, incluso, el momento de las compras.
Un fenómeno que, sin embargo, no parece calar con mucha fuerza entre el pequeño comercio conquense, que no ve tan atractiva este tipo de iniciativas comerciales, sobre todo, en la antesala de una de las campañas más importantes del año, la de Navidad.
Y así lo pone de manifiesto a La Tribuna el presidente de la Asociación Provincial de Comercio, José Miguel Bermejo, quien considera que «el Black Friday es algo que sobre todo hacen las grandes superficies y grandes empresas de paquetería, que son las que tienen tesorería y margen para tomar este tipo de decisiones, mientras que el pequeño comercio no puede arriesgarse a este tipo de iniciativas, porque muchas veces vamos con lo justo».
El pequeño comercio no se pliega a la moda del 'Black Friday' - Foto: Elaboración propiaPese a esa resistencia del comercio minorista a plegarse a los atractivos del Black Friday, que se celebra cada último viernes de noviembre, Bermejo reconoce que «ha venido para quedarse», aunque insiste en señalar que «no es algo que sirva para el pequeño comercio, al revés, supone un esfuerzo extra que muchas veces nos costaba asumir».
De ahí, que vaticine «una participación testimonial» del comercio local en el Black Friday y, además, asegure que «no haya muchas perspectivas de que vaya a cambiar».
De hecho, basta con darse un paseo por la capital conquense y comprobar que los carteles del Black Friday con descuentos del 20 al 70% cuelgan especialmente de los escaparates de establecimientos de grandes cadenas y franquicias y, en mucho menor medida, de comercios locales, aunque también los haya.
El pequeño comercio no se pliega a la moda del 'Black Friday' - Foto: Elaboración propiaDe hecho, los comerciantes consultados por este diario coinciden en no estar muy convencidos con esta iniciativa, como es el caso de Mª Isabel Gandía, propietaria de Óptica La Luz, quien afirma no creer en los beneficios del Black Friday por considerar que «está pensado, más bien, para que el empresario se quite cierto género» y opta por descuentos en estos días por el aniversario del negocio.
Tampoco le convence a la propietaria de Calzados Valeca, Elena Cañamares, hasta el punto de señalar que «no es una buena campaña», porque «al final supone vender los artículos de siempre a un precio más barato», aunque reconoce que «sí va teniendo cada vez más aceptación entre los consumidores, que, incluso, condicionan sus compras a estos días concretos».
Y es que, a su juicio, «con el Black Friday, la actividad comercial habitual desciende los días previos y posteriores, ya que las compras se concentran en unos cuantos días».
Desde R22 Tiendas Multimarca, su encargado, Iván López, por su parte, considera que «es una moda que ha llevado para quedarse».
En este sentido, explica que «en nuestro sector, trabajamos con marcas y son ellas las que nos fijan los descuentos casi siempre en prendas seleccionadas para atraer a clientes e incentivar el inicio de las compras navideñas», si bien aclara que «otras marcas optan por no participar en esta campaña, lo que es una buena forma de diferenciarse y fidelizar con los clientes más fieles para que se valore su marca a largo plazo».
A grandes rasgos, el pequeño comercio, a juicio de Bermejo, lo que sí espera con expectación es la campaña de Navidad, en la que «el cliente busca el trato cercano y el buen servicio de nuestras tiendas, que es en lo que nos podemos distinguir y nos hace competitivos, sin olvidar, nuestro papel en la ciudad y en la sociedad».