El director general de Renault y Alpine en España y Portugal, Sébastien Guigues, declaraba recientemente en una entrevista que «no se puede electrificar un país con coches a 60.000 euros». Una reflexión que refleja fielmente la situación que vive el mercado del automóvil en España donde, lejos de comercializarse turismos con las últimas tecnologías, ecológicos y sostenibles, los ciudadanos se decantan especialmente por los vehículos de segunda mano, un segmento que no, en vano, lidera las ventas y que va al alza a pesar de la legislación europea, que señala que a partir de 2035 no se podrán comercializar modelos de combustión en la eurozona.
En este contexto, las ventas de turismos y todoterrenos de ocasión superan ya el millón de unidades y acumulan un incremento del 7,2% a cierre del primer semestre, hasta alcanzar 1.015.612 unidades, según las asociaciones Ganvam y Faconauto, lo que significa que se han vendido 1,9 usados por cada modelo nuevo en lo que va de año.
Se trata de un indicador que pone de manifiesto que los compradores españoles aún mantienen la duda e incertidumbre sobre qué coche deben comprar. Se han demonizado los motores de combustión, especialmente los diésel que hasta hace poco eran los más populares, y las versiones eléctricas e híbridas, aparte de su alto precio, no convencen por cuestiones como su escasa autonomía, la ausencia de cargadores para tener el vehículo siempre disponible y, otros aspectos que se analizan, como su durabilidad ante el poco tiempo que llevan en el mercado y lo difícil que resulta compararles con los modelos tradicionales.
En esta línea, las ventas de turismos de entre uno y tres años son las que tiran del mercado, con una subida del 33,9% en la primera mitad de año, mientras que los de 10 y 15 años de antigüedad retroceden más de un 9% hasta junio.
Asimismo, la facturación de los vehículos de ocasión eléctricos se ha disparado un 60% en el primer semestre de 2024 respecto al mismo período del año anterior, hasta los 8.597 vehículos, ante una bajada importante de su precio, según los datos del informe ElectricarVO elaborado por el portal Coches.net, junto con la patronal de vendedores de vehículos.
Las asociaciones Ganvam y Faconauto sostienen que comprar un coche eléctrico de ocasión en España sigue sin salir barato, sobre todo si se compara con los vehículos propulsados por combustión. Su precio medio se encontraba en la primera mitad del año en los 33.057 euros. Son unos 1.000 euros menos que hace justo un año, pero el doble que lo que se paga de media por un coche diésel de segunda mano que tiene un valor de venta de 17.271 euros.
El informe de Ganvam y Faconauto confirma, además, que en lo que va de año se han vendido 2.602 eléctricos seminuevos (31% del total) y 2.627 entre 1 y 3 años de antigüedad (29% del total). Asimismo, en el primer semestre de 2024 solo fueron 64 los eléctricos de ocasión de entre 10 y 15 años y 178 vehículos entre ocho y 10 años.
Por su parte, la tecnología híbrida enchufable ha visto incrementadas sus cifras de ventas tanto en junio como en el acumulado de enero a junio de 2023. En el sexto mes se vendieron 6.439 turismos PHEV en España, un 51,7% más y en lo que va de curso, se han matriculado 31.654 unidades, un 33% más que en el mismo período del año anterior.
Nuevos
Entre enero y junio de 2024, las matriculaciones de vehículos a estrenar en España aumentaron un 5,9%, alcanzando un total de 503.357 unidades. Este incremento supera al de Alemania e Italia, que registraron crecimientos del 5,4%, y a Francia con un 2,8%.
Los economistas consideran que este dato pone de manifiesto la fuerte recuperación del mercado nacional del automóvil tras los desafíos planteados durante la pandemia.
No obstante, aunque España lidera el crecimiento porcentual, en términos de ventas absolutas, Francia, Alemania e Italia mantienen cifras más altas. El país germano, por ejemplo, registró un total de 1.396.870 unidades, seguido por Francia con 894.337 e Italia con 822.689 vehículos.
En definitiva, se trata de una industria que está cambiando muy rápido con la adaptación de nuevas legislaciones y tecnologías y con la incertidumbre de hacia dónde avanza el futuro del automóvil en el mundo.