«El público es el patrocinador principal de Estival»

José Luis Enríquez
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El director de Estival Cuenca desgrana la novedades de esta edición, que arranca este lunes, y tiene como gran apuesta la presencia del músico Salvador Sobral

Marco A. de la Ossa, director de Estival Cuenca - Foto: E. León

Un mágico escenario con vistas a la hoz del Huécar es el punto de encuentro, entre hoy y el sábado, de artistas de géneros musicales diversos que cada verano se dan cita en Cuenca. Estival tiene la llave para hacerlo posible y en la edición de este año da un importante paso adelante. Marco Antonio de la Ossa es el artífice de un festival diferente y que mantiene una identidad propia. Este año, Salvador Sobral recibirá el prestigioso premio Manuel Margeliza y María José Llergo el premio José Luis Perales dirigido a jóvenes músicos. Pero el cartel de Estival Cuenca 2024 es muy amplio. Hay de todo, para todos y mucha música.

Arranca otra edición de Estival Cuenca. ¿Te lo imaginabas hace trece años?

Pues la verdad es que no me lo esperaba. Siempre queríamos crecer, ir ampliando, pero no me imaginaba llegar hasta aquí, con trece ediciones ya. La verdad es que estoy muy contento.

¿Cómo se logra mantener un festival de estas características?

Llámalo, si quieres, cabezonería, trabajo, constancia... Es tener claro que vamos hacia adelante, tener empuje y el resultado es que seguimos. Sabíamos que Cuenca es muy complicada. En el ámbito de festivales hay muy pocos, que no sean públicos, que hayan seguido después de contadas ediciones.

¿Los conquenses son conscientes de lo que es Estival?

Yo creo que sí. Intentamos llegar a todo el mundo. Todavía seguimos haciendo pedagogía didáctica, intentando explicar qué es lo que hacemos, dónde, el porqué y demás. 
¿Estival tiene la atención que se merece por parte de las administraciones y los patrocinadores?

Tenemos el apoyo de todas las instituciones. Sí que nos gustaría un 'empujoncito' más para poder empezar la edición sin tener que estar mirando la venta de entradas al instante para ver si es viable o no. También contamos con el apoyo de entidades privadas. La dificultad en Cuenca es que apenas hay industria. Todos vamos a mismas empresas y es complicado que apoyen a todos los ciclos que hay, que están genial. Por supuesto, el público y los medios de comunicación nos tratan genial.

¿Dentro de estas dificultades a las que alude, lo relevante es que Estival haya encontrado su tamaño?

Para Cuenca es un tamaño ideal y los espacios nos lo marca. En nuestro proyecto está claro que queremos realizar las actividades en un entorno Patrimonio de la Humanidad, con sus dificultades, pero también con sus múltiples beneficios. Para nada queremos irnos a otros lugares. Estamos muy contentos de desarrollar los conciertos en el Parador, el Museo Paleontológico, aunque este año no se haga allí, en el patio de la Limosna, y otras ubicaciones.

¿Cuáles fueron las principales dificultades a la hora de confeccionar el programa de esta edición?

A los artistas, en general, les explicamos un poco qué somos y lo que hacemos. Ya nos conocen algunos de ellos de otras ocasiones. Rayden, por ejemplo, nos llamó para venir a Estival en la gira de despedida. En ese sentido, ya nos van conociendo en el ámbito de la industria, los agentes... Lo difícil es lo de las ayudas, subvenciones, patrocinios, buscarlos para tener una base y dar ese paso adelante que hemos dado este año. Partimos de los ahorros, lo que aporta cada entidad y, luego, lo que esperamos del público. Las entidades, a las que agradecemos su ayuda, van a posteriori, con lo que hay que adelantarlo y esperar a que lo reintegren.

Este año hay artistas muy diversos. ¿Estival está muy pendiente de la evolución de la música y de las corrientes artísticas?
Es lo que intentamos, estar atentos a lo que se está moviendo y también a lo que responde el público, en mayor o menor medida, pero sin perder nuestras señas de identidad. 

¿Qué destacados artistas van a pasar por el escenario del Parador?
Por ejemplo, este lunes tenemos a Alfredo Rodríguez, un pianista cubano de gran nivel, producido por el mítico Quincy Jones, que ya vino en 2021 e hizo unos de los conciertos más destacados. El jazz cuesta mucho en Cuenca, pero esperemos que se anime la gente. Además, hay figuras como Andrés Suárez; Rayden, María José Llergo, que es una maravilla; Israel Fernández, que está en un momento espectacular; o Salvador Sobral, que es muy conocido a nivel internacional y es la apuesta más importante de esta edición.

¿Tal vez este año se apuesta más por el flamenco?
No. Siempre ha tenido muchísimo espacio el flamenco en Estival, por gusto personal, la verdad, y siempre dejamos bastante hueco. En este caso, tenemos a María José Llergo e Israel Fernández, que son dos muy buenos representantes. 

¿El premio a los Jóvenes Talentos a María José Llergo revela la adaptación de Estival a los nuevos tiempos?
Nos encanta su propuesta en todos los sentidos. Se metieron con Rosalía en su momento porque no llevaba intérpretes, y creo que María José viene con un dj y un programador. Hay otras artistas que juegan con la electrónica. Es una propuesta fantástica dentro del flamenco, con artistas jóvenes, con personalidad, que cuida la moda...

El premio es más que merecido. Y el listón lo ponen ya muy alto...
Es lo que tiene. El premio lleva el nombre de José Luis Perales y creo que el listón ya está puesto desde el comienzo.

Salvador Sobral recibirá el premio Manuel Margeliza. ¿Por qué se reconoce al artista portugués?
Es un artista que, además de ganar Eurovisión, tras lo que es muy conocido, ha seguido desarrollando un trabajo muy interesante, con jazz y canción de autor entre medias, y que es muy personal. Además, es una persona muy implicada en diferentes ámbitos. Es el primer artista internacional que lo recibe y creo que Manolo [Margeliza] se lo merece. Es el aporte que hemos dado este año para ver si propuestas de este tipo tienen cabida en Cuenca.

¿Estival sirve de estímulo para los artistas y músicos conquenses?
Sí. Hay algunos artistas conquenses que se enfadan... pero nosotros, para bien o para mal, tenemos que seleccionar porque no nos caben todos. Actuar en esos espacios, desde luego que es un estímulo para los músicos conquenses.

¿Hay muchos artistas que se interesan por actuar en Estival?
La verdad es que sí. Cada día nos llegan cuatro o cinco correos de artistas o de oficinas para que contemos con ellos. Nosotros explicamos que somos una entidad con un presupuesto limitado y que podemos llegar hasta donde podemos llegar. Además, el escenario, que es espectacular, es más pequeño que en un gran festival.Aquí hay que adaptarse y tratar de mantener la dualidad de artistas conquenses y de fuera. Y merece la pena.

¿Cómo va la venta de abonos y entradas?
De abonos, hemos ascendido en un 20 por ciento respecto a la edición anterior, lo que está muy bien. Son cifras pequeñas en comparación con otros festivales, pero para nosotros son muy importantes. Y la venta de entradas, en términos globales, está ahora en torno a un 70 por ciento. Hay conciertos en los que las ventas están muy avanzadas y otros, como el de jazz, que cuesta un poco más. El año pasado vino Andrea Motis y llegamos a unos 300 espectadores.

Este año hay un escenario menos, el del MUPA. ¿Por qué?
Por varias causas. Este año el Parador no tenía boda programada para el sábado, que siempre la tiene. Nos encanta el MUPA y nos tratan genial, pero montar el escenario y llevar allí el sonido nos cuesta un pastón. Ha sido por ahorrar un poco y este año, todo en el Parador.

¿Qué es lo que más sorprende a los artistas que vienen a Estival?
Sobre todo, el espacio, el sitio donde se toca. Están acostumbrados a tocar en sitios donde no ven nada. Aquí tienen el estímulo de tocar en un sitio que es Patrimonio de la Humanidad. Giran la cabeza y ven las Casas Colgadas, aprovechan el eco de la hoz del Húecar, que es mágico de por sí, o la cercanía del público. También intentamos que se sientan como en casa desde que llegan a Cuenca, sin ser cansinos. Es una idea muy diferente a lo que es un festival, ni mejor ni peor. 

¿Cuánto tiene que agradecer Estival al público?
Todo. Sin olvidar el agradecimiento a los patrocinadores y a las entidades, el público es nuestro patrocinador principal. La mayor partida económica la recibimos de los asistentes. Sin asistentes no hay festival y eso lo tengo muy claro.Aquí no se regalan entradas porque creo que es algo que va en contra de las propuestas musicales. Es un mal que se da demasiado. Aquí todo el público es igual.

¿Qué Estival vislumbras a medio plazo?
Voy a hacer de entrenador. Vamos a ir partido a partido, y vamos a sacar adelante esta edición, que es la número 13. No es que sea muy de la numerología, pero es un número que conmigo va muy mal desde siempre. Hemos dado un salto adelante importante. Hay que ver bien las cuentas y que sea viable porque si tenemos que adelantar todos los años 50.000 o 60.000 euros...