El patio barroco del Monasterio de Uclés acogió este sábado el concierto del cantaor Miguel Poveda como arranque a sus ciclos de verano de Uclés es Música. Durante cerca de dos horas, los muchos asistentes pudieron trasladarse desde la Mancha conquense hasta las tierras andaluzas sin moverse del asiento, gracias a la voz majestuosa del que es uno de los máximos embajadores del flamenco contemporáneo. Miguel Poveda llegaba por primera vez en su carrera al Monasterio para deleitar al público con su último álbum, Poema del Cante Jondo. Una producción basada en el libro homónimo del escritor Federico García Lorca, en el que el cantante recoge 12 de los 55 poemas que el granadino publicó en 1931.
El Poema del Cante Jondo junto con el Romancero gitano suponen la cima esencial de la poesía de Lorca, con una visión profunda, estilizada, trágica y más universal de Andalucía y su alma, de quien fue su mejor intérprete en poesía y que ahora Poveda trae de vuelta para mantener viva la memoria de un referente de la literatura universal. Además, la inigualable voz del cantante venía acompañada de un elenco que el artista no dudó en destacar por su indiscutible talento. Las voces de Miguel Londro, Carlos Grilo, y el dúo Makarines, acompañaron la voz del maestro junto a la percusión de Paquito González y la guitarra de Jesús Guerrero.
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«Poder ser parte de la historia de este lugar me honra y me llena de responsabilidad», afirmó el cantante durante el concierto que llegó al corazón de los asistentes con piezas como Canción del gitano apaleado o Sevilla y palos flamencos de las cantiñas, la bulería o la rumba, entre otros. Además, uno de los momentos más llamativos fue cuando al final sorprendía entre los asistentes uno de los nietos de Manolo Caracol. Un broche de oro para el crisol de emociones con el que Poveda tocó la fibra más sensible del público en una noche mágica.