El Mallorca, con un doblete de Cyle Larin, superó por 2-1 al Girona, que se adelantó con un gol de Van de Beek, y se impuso al equipo catalán pese a jugar más de una hora con diez futbolistas por la expulsión de Vedat Muriqi.
Fieles a su estilo, los pupilos de Míchel comenzaron el duelo mostrando su clara intención a dominar a través de la posesión y someter a su rival, algo que dio sus frutos a los pocos minutos del arranque.
El Mallorca, con diez, tumba al Girona - Foto: CATI CLADERA, vía EFE
Un centro de Miguel al corazón del área lo cortó un defensa bermellón, pero allí estaba Van de Beek, quien cada día se asemeja más a la versión que soñaron sus valedores al llegar a Girona, y con una brillante volea anotó el primer gol de la tarde.
El Mallorca, con diez, tumba al Girona - Foto: CATI CLADERA, vía EFEEl primer golpe no aturdió al Mallorca, valiente cuando le tocaba atacar, y en una de esas acciones Muriqi se quedó solo frente a Gazzaniga, pero, en un alarde de generosidad, quiso regalarle el tanto a un Larin que no llegó a rematar el pase de la muerte.
Sin embargo, cerca del ecuador del primer tiempo el mismo delantero kosovar se recompuso de su fallo y cedió el balón al canadiense dentro del área y este, de primeras, cruzó un disparo inalcanzable para Gazzaniga y puso las tablas en el electrónico.
El partido, muy bonito para el espectador y con oportunidades para los dos equipos, cambió tras la expulsión de Muriqi, que impactó con sus tacos en una pierna de Bryan Gil. El VAR entró en liza y el árbitro le mostró la tarjeta roja directa, la segunda para el delantero bermellón en menos de un mes.
Los de Arrasate se mantuvieron en el partido a pesar de vivir un momento de tensión y protestas con varias amarillas que condicionarían el choque, una de ellas tras un disparo de Van de Beek que terminó con el mediocentro impactando con sus tacos en un tobillo de Copete, una acción muy protestada por la afición mallorquinista.
El paso por vestuarios calmó el ambiente y devolvió el dominio al Girona, que pudo recuperar la ventaja por medio de Arnau, pero le pegó mal a la pelota y la mandó por encima del larguero.
En este dominio llegó un error grotesco de Juanpe que puso por delante a los locales. Un envío erróneo hacia atrás condicionó totalmente a su portero ante la presión de Larin, que adivinó donde fue el despeje para interceptarlo y que el esférico se introdujera en la portería rival, consiguiendo su primer doblete como bermellón.
Tras ponerse por delante y con un futbolista menos sobre el terreno de juego, el cuadro balear se encerró en su área para protegerse de las intentonas del Girona, que no encontraba una fisura en el muro bermellón.
Míchel trató de mover el avispero con la entrada de Misehouy e introdujo dos puntas con Abel Ruiz y Stuani, buscando las cosquillas a los dos centrales rivales, ambos con tarjeta amarilla.
Sin embargo, Arrasate respondió con la entrada de Dani y Robert en el centro del campo para mantener la frescura en su equipo y evitar que las piernas del rival trabajaran con mayor lucidez que las de los suyos.
Durante los últimos minutos predominaron los ataques posicionales gerundenses sin gran peligro, buscando centros laterales que despejó una y otra vez la fortaleza mallorquina para terminar dejando tres puntos más en Son Moix.
El Mallorca se agarra a unos puestos europeos de los que se empieza a descolgar el Girona.