No es lo habitual que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, tome la palabra en un pleno de las Cortes, pero esta mañana lo ha hecho. Tampoco es lo habitual ver llena la bancada de los miembros del Gobierno, pero hoy lo estaba. Ni tampoco es muy común que tres de los cuatro puntos que se debatan salgan con un acuerdo entre PSOE y PP. En definitiva, el de hoy no ha sido un pleno más, ha sido el pleno en el que las Cortes admitieron a trámite el que está llamado a ser el nuevo Estatuto de Castilla-La Mancha. Y junto con el Estatuto, la reforma del reglamento.
«Hoy es un día que conviene apuntar en la historia a la que todos tenemos derecho como región», esgrimió García-Page nada más subir a la tribuna, «hoy no es un día más». Añadió que «es preciosa la coincidencia con la fecha porque por fin Castilla-La Mancha va a tener algo bueno que celebrar un 18 de julio».
El nuevo Estatuto, que está llamado a sustituir al actual, con 42 años, inicia el trámite parlamentario, aunque ya se sabe que no será hasta pasado el verano cuando los partidos abran ronda de contactos con asociaciones y representantes de la sociedad para incorporar sus aportaciones. Por el momento, parte con un acuerdo inicial entre PSOE y PP, que no es poco. «Estoy orgulloso como presidente», reconoció Page.
Por eso tuvo buenas palabras para el líder del PP, Paco Núñez, por su labor en este tiempo de negociaciones. El presidente hizo una defensa a ultranza de los acuerdos:«No me digan que en la cultura actual de este país no es un tesoro que tenemos que seguir cultivando». Quiso romper una lanza por el hecho de que PSOE y PP, los dos grandes partidos del país, se sienten a hablar. Lo hace porque sabe que hay quien lo ve casi como un «aquelarre, una traición de unos contra otros».
Quien no ha entrado en las negociaciones del Estatuto ha sido Vox, pero Page explicó que no se trataba de levantar muros. «Es por sentido común, por no hacerles perder un tiempo precioso y por no perderlo los demás», justificó. Y es que cree que a Vox les gustaría un Estatuto con un único artículo que suprimiera el estado de las autonomías.
Page aprovechó precisamente que se va a cambiar el Estatuto para defender los derechos de Castilla-La Mancha:«Podemos ejercer nuestra autonomía de una manera no excluyente, no sectaria». Quiso precisar que «la autonomía no es independencia, es exactamente lo contrario».
Es más, recalcó que las autonomías «tenemos hoy en España un papel importantísimo para frenar las ansias egoístas de todo independentismo». Esgrimió que las autonomías tienen más fuerza para frenar a los independentistas, que «un Estado que termina teniendo que pasar por taquilla».