Felipe VI y Letizia han mostrado su cariño y han ofrecido consuelo a los familiares de las 222 víctimas mortales y los cuatro desaparecidos en las inundaciones de la dana del 29 de octubre que han asistido a la misa funeral en la catedral de València.
Al finalizar la solemne misa funeral organizada por el Arzobispado de Valencia, presidida por el arzobispo Enrique Benavent, los reyes han dado el pésame durante 28 minutos a las familias, que han ocupado el espacio central de la seo, cerca de 400 allegados, acompañados durante la misa por miembros de los gobiernos de España y valenciano, varios presidentes autonómicos y de muchos valencianos.
Felipe y Letizia se han dirigido a los bancos que ocupaban las familias y, lentamente, han dado la mano y abrazado a muchos de ellos mientras les escuchaban y consolaban. Separados entre sí a varios metros y aplaudidos en varios momentos, los reyes han ido casi uno por uno para oír sus lamentos.
La reina se ha detenido a arropar a varios familiares, que en algún caso llevaban una foto de su difunto, y a Don Felipe, al que han gritado algún 'viva el rey', le han entregado algún escrito, en un recorrido lento y sentido de los monarcas para expresar su cercanía a las víctimas.
El arzobispo de Valencia ha expresado al inicio de la homilía su agradecimiento a los reyes por su presencia en unos momentos tan dolorosos para las tierras valencianas y se ha dirigido a las familias, también de otras comunidades, que han sufrido la pérdida de un ser querido, a las familias de los desaparecidos y a todos los que, de una manera u otra, han sufrido en sus vidas las consecuencias de estas inundaciones.
La misa funeral ha comenzado a las 19.03 horas con los reyes en el presbiterio, en un lateral del altar tras llegar entre aplausos y el himno de España, y los 400 familiares en un lugar preferencial de la seo.
El Gobierno de España está representado por la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero; el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres; la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant; y la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, y el Ejecutivo valenciano ha asistido en pleno, encabezado por el president de la Generalitat, Carlos Mazón.
Entre los dirigentes políticos que han estado, los presidentes de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el de Andalucía, Juanma Moreno; de Aragón, Jorge Azcón; y el de Murcia, Fernando López Miras.
También, entre otros, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo; la presidenta de Les Corts Valencianes, Llanos Massó; la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, Pilar de la Oliva; la alcaldesa de València, María José Catalá; el presidente de la Diputación de Valencia, Vicente José Mompó, el secretario de Estado de Política Territorial, Arcadi España, y el presidente de Mercadona, Juan Roig, entre otros muchos.
En los bancos de la catedral hay cabida para 700 personas, y se han instalado 300 sillas en los laterales, mientras que se han encendido las pantallas interiores de la catedral para poder seguir la ceremonia.
El acto litúrgico ha sido concelebrado por los párrocos y sacerdotes de la "zona cero", obispos valencianos, el Consejo Episcopal y el cabildo de la seo, y ha sido cantada. En el lado derecho del presbiterio se ha situado la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados, que ha sido trasladada esta mañana desde la Basílica y luce un manto en color morado en señal de duelo.
Fuera de la catedral, un afectado por la dana, Juan José Monrabal, de Catarroja, que perdió a su madre, ha opinado que esta misa no debía haberse hecho, ya que se ofició una misa en el tanatorio, y ha afirmado: "Solo oímos mentiras por parte de los políticos, no nos ayudan en nada. Catarroja y Massanassa son los últimos pueblos del barranco del Poyo, estamos peor que los perros. Vamos a coger infecciones, llevamos más de un mes con lodo".
Otra afectada, Sonia Fuster, ha señalado que ha perdido a su padre y ha acudido a València por él, pero ha añadido que los políticos "no han respetado nuestro dolor -ha dicho-" y no ha querido compartir el espacio con ellos, "con esos asesinos, creo que no han hecho su trabajo", ha concluido.