El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y sus 'barones' reunidos en cónclave en Asturias bajo el lema "Política que sirve", y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el foro "Vivienda: Quinto pilar del Estado de Bienestar", han propuesto dos modelos distintos para abordar lo que ambos consideran el principal problema socioeconómico del país, el acceso a la vivienda ya sea en compra o en alquiler. Las soluciones van desde el liberalismo a ultranza que predica el primero con las recetas de bajadas de impuestos y liberalización de suelo, y el intervencionismo sobre la oferta y la demanda que impulsa el segundo, con ambos negando la validez de las propuestas del otro porque ya han sido probadas sin éxito.
Para Sánchez las medidas propuestas por los dirigentes populares ya han demostrado su fracaso con las consecuencias de la burbuja inmobiliaria de la primera década del siglo que todavía se dejan sentir en el sector de la construcción y en el inmobiliario, y que dan vía libre a una nueva etapa de 'pelotazos' y de especulación que va acompañada de la alergia a la construcción y fomento de las viviendas de protección oficial que, cuando se construyen pueden pasar a manos privadas, cuando no a fondos de inversión-fondos buitres-, que se aprovechan del dinero público invertido. Cuando el fomento de las políticas de vivienda se ha basado en los beneficios fiscales se ha producido una relación directa con la subida del precio de las casas. Para Feijóo la intervención del Gobierno en el mercado de la vivienda reduce la oferta además de encarecerla. Los dirigentes autonómicos populares mantienen su objeción a aplicar la reciente ley de vivienda y apuestan por la bajada del Impuesto de Transacciones Patrimoniales del diez al cuatro por ciento, además de por poner suelo público a disposición de la iniciativa privada. Pese a que los dos modelos parecen irreconciliables, se dan medidas comunes en ambos, y otras que ya están siendo puestas en práctica o que son promesas reiteradas que hasta ahora han producido efectos limitados.
Con el PP gobernando en doce comunidades autónomas, en algunas de ellas desde hace decenas de años de forma continuada, o con breves interregnos socialistas, sin duda ha fallado la prospectiva o la voluntad política para favorecer la construcción de vivienda pública destinada a alquileres asequibles o la limitación de los alquileres turísticos, aunque bienvenida sea la disposición a tomar medidas para buscar soluciones a las demandas de los jóvenes para poder desarrollar una vida independiente. El tiempo dirá cuál de los dos proyectos es más eficaz y contiene menos contraindicaciones.
Puestos a jugar con los beneficios fiscales, Pedro Sánchez cuenta con instrumentos más potentes, y la iniciativa de establecer una exención del 100% del IRPF a los propietarios que alquilen vivienda según el índice de referencia es una decisión tendente a dotar de utilidad a este nuevo instrumento puesto en marcha para limitar una subida de los alquileres, que puede resultar muy atractiva para los pequeños propietarios que son los poseedores del mayor número de pisos susceptibles de ser arrendados. Tras las reiteradas ofertas de poner en el mercado decenas de miles de viviendas, de las que todavía no hay noticia, la empresa pública de vivienda recién creada es la última esperanza para que nuestro país cuente con un parque de vivienda pública menos raquítico que el actual.