Un malestar constante

Manu Reina
-

Cristina Ramos padece desde hace casi cinco años 'helicobacter pylori', una bacteria que le produce periódicamente «hinchazón o ardores» en el estómago y le obliga a «llevar una dieta»

Un malestar constante - Foto: Manu Reina

Tiene una lucha constante ante un enemigo que no conoce, pero que se manifiesta de manera constante en su cuerpo. Cada día para ella es una incógnita. La única opción que le queda es «llevar una dieta equilibrada y evitar ingerir ciertos alimentos» porque, en caso contrario, «tengo hinchazón de tripa, malestar, náuseas, vómitos y ardores». Cristina Ramos padece desde hace casi cinco años el helicobacter pylori, que es una bacteria que infecta su estómago. En todo este tiempo ha sufrido multitud de episodios de malestar hasta tal punto de que ha perdido la esperanza de recuperarse.

Esta conquense lleva a rajatabla un tratamiento médico con el fin de poder acabar algún día con este enemigo que se ha apoderado de su cuerpo y del «intestino delgado». En un periodo de tres semanas toma de forma diaria y cada ocho horas tres antibióticos distintos. «Cuando llega la noche, son nueve los medicamentos que me he tomado, además del protector gástrico que nunca puede faltar para proteger el estómago». Una vez ha concluido esta primera fase, «tengo que esperar otras dos semanas sin tratamiento para hacerme después una analítica de heces», que es el examen médico concluyente para saber si tiene que seguir con la batalla o no. «Muchas veces puedes dar negativo en los análisis, pero sigues teniendo la bacteria en la tripa», apunta con los brazos decaídos. Este mismo tratamiento lo ha realizado en múltiples ocasiones, concretamente tres veces cada año.

La próxima visita con el médico de cabecera será el 30 de enero, aunque «no tengo esperanzas de que haya sanado» e incluso da por sentado que «va a ser así durante toda la vida». Cristina, que no pierde nunca la sonrisa, se consuela al saber que «si no tomo alimentos picantes, carne o verdura cruda, alcohol, café o lácteos naturales, por ejemplo, puedo llevar una vida normal». Eso hace que lleve su propia hoja de ruta y evite ingerir ciertos alimentos, aunque «sea complicado en fechas como la Navidad». Pero «más vale estar bien en lugar de comer algo y pasarte después tres días con una barriga que parece que estás embarazada de ocho meses». 

No está sola en esta lucha particular porque su madre, Mari Carmen, también padece el helicobacter pylori desde hace siete años e incluso detalla que «conozco a muchas personas que sufren también estos problemas». Cristina revela el gran antídoto de su madre y no es, ni más ni menos, que, «aunque parezca de risa, tomar un diente de ajo cada noche antes de irse a dormir». Es algo que «funciona muy bien e incluso los médicos lo recomiendan porque es un antiinflamatorio natural». Sin embargo, esta conquense es incapaz de tomarlo porque «no me gusta», revela entre risas. Y es que cada una «sabe cómo es su cuerpo y va notando qué le sienta mejor o peor». También es  un ensayo y error a base de vivencias personales después de la ingesta de alimentos, ya que unos sienta peor o mejor para estas personas que sufren esta bacteria. 
Cristina tiene muy claro que «estos problemas surgen a raíz de la alimentación de la actualidad y de la calidad de los alimentos, que cada vez es peor» y explica que conoce también otros conquenses que padecen el SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado), «que es un problema de salud parecido a lo que tengo yo», afirma.

Hasta el momento, descarta que se trata de una enfermedad hereditaria, aunque no está totalmente segura de ello. Tiene dos hijos y no sabe a ciencia cierta si tendrán que padecer las mismas molestias el día de mañana. Por el momento, a esta conquense no le queda otra que revisar cada alimento que ingiere porque cualquier error le pasa  factura. El cuidado y llevar una dieta equilibrada es fundamental porque, como ella misma apunta, «esta bacteria puede desencadenar después en cáncer gastronómico o de colon», concluye.   

Causas. Los organismos sanitarios concluyen que mayoritariamente se transmite el helicobacter pylori de una persona a otra y la bacteria se puede diseminar por contacto de boca a boca, a través de contacto con vómitos o heces, así como por ingerir comida y agua contaminada. Esta bacteria puede desencadenar úlceras porque ingresa a la pared mucosa del estómago y se adhiera al revestimiento del estómago. Otra de las causas que genera es tener más ácido estomacal. Esto daña el revestimiento del estómago, causando úlceras en algunas personas. Otro síntoma común es tener el abdomen adolorido o sentir ardor. El dolor podría ser más intenso cuando el estómago está vacío, aunque puede variar según cada persona, y algunas no presentan dolor.

Además, entre los síntomas más comunes están la sensación de llenura o distención abdominal y problemas para tomar líquido, hambre y sensación de tener el estómago vacío cuando ha pasado solo de una a tres horas después de comer, pérdida de peso, eructos o ausencia de apetito, entre otras manifestaciones.