La pandemia del Covid-19 asestó un duro golpe no sólo al tejido social y económico de todo un país, sino que, incluso, llegó a trastocar hábitos tan cotidianos como la utilización del transporte urbano en el día a día, hasta el punto de experimentar una caída drástica de usuarios y casi poner el reloj a cero en un sector que no dejó de estar ahí en todo momento.

A estos efectos de la crisis sanitaria no fue ajeno el servicio municipal de transporte urbano de la capital conquense, que vio cómo descendía vertiginosamente el número de viajeros de los 1.129.000 de 2019 a tan solo 596.000 en el año de pandemia.

Un fuerte descenso que cuatro años después no sólo se ha logrado salvar, sino que se ha superado. Y es que este servicio municipal ha cerrado este 2023 con 1.150.840 usuarios, casi 230.000 más que en 2022, lo que supone un crecimiento anual del 25%, y cerca de 22.000 por encima del nivel de 2019.

La tendencia de usuarios desde 2020 ha sido siempre en crecimiento. - Foto: Elaboración propia

Balance muy positivo. No es de extrañar, en consecuencia, que el concejal de Movilidad, Adrián Martínez, realice un balance más que satisfactorio de «este regreso a la senda del crecimiento en viajeros»; algo, tal y como recalca a La Tribuna, que «hemos buscado con mucho ahínco», aunque, según reconoce, «ha costado mucho trabajo».

Detrás de esta evolución al alza, el edil sitúa la puesta en marcha desde 2021 de las lanzaderas al Casco Antiguo y, como no, los descuentos del 50% aplicados al bonobús desde 2022 y que se mantendrán durante este 2024, gracias a las ayudas del 30% del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), que ha complementado en este tiempo el Ayuntamiento con el 20 por ciento restante.

La distribución de estos casi 1,2 millones de viajeros a lo largo del año ha sido bastante dispar, que ha oscilado entre los 81.000 de enero y los 114.000 de octubre, pasando por los 107.000 de noviembre, los 105.000 de marzo, los 102.000 de septiembre y los 101.000 de mayo. Cinco meses por encima de la barrera de los 100.000 que no ocurrió en ninguno de los meses de 2022.
Futuro más inmediato. El futuro más inmediato, en palabras de Martínez, pasa por continuar trabajando de la mano de la empresa adjudicataria y de los técnicos municipales para la inclusión en el contrato de este servicio municipal de las lanzaderas de conexión de la ciudad con la estación del AVE Fernando Zóbel, gracias al convenio con el Mitma, que se encargará de sufragar los 600.000 euros de coste anual.

El autobús urbano recupera sus viajeros de prepandemia - Foto: Reyes Martínez

Y, paralelamente a la tramitación  del nuevo contrato, el Consistorio sigue colaborando con la prestataria para que cuanto antes estén listos los puntos de recarga de las cocheras para la entrada en servicio de los nuevos autobuses eléctricos, que en una primera remesa serán seis unidades.

Nuevo contrato. La entrada en servicio de las nuevas lanzaderas al AVE, al ser costeadas por el Mitma, permitirá agregar al nuevo contrato del transporte urbano de la ciudad los 117.000 kilómetros anuales que suponen prestar este servicio con la línea 1.

Kilómetros adicionales con los que, según el concejal de Movilidad, se buscará mejorar las frecuencias y  llegar a todos los barrios, como por ejemplo el interior de Fuente del Oro, las Cañadillas y el Cerro de la Horca, que no disponen de este servicio en la actualidad, sin olvidar, por supuesto, que en un futuro próximo haya que llegar al nuevo Hospital Universitario.

Martínez recuerda que ya se cuenta con un primer borrador de ese nuevo mapa del transporte urbano de la ciudad, si bien puntualiza que «aún tenemos que matizar una serie de cuestiones, como revisar los itinerarios de barrios como Villa Román y Villa Luz.