Imagina una y otra vez cantar en los mejores escenarios y ante miles de personas. Es un sueño que recorre e invade su mente de forma repetida y piensa luchar por alcanzarlo. Posee sus propios temas y un estilo bien definido. No se separa nunca de su guitarra eléctrica y está más que preparado para cautivar al público. Así es Sergio López, un joven conquense que intenta abrirse paso en la industria de la música con mucha ilusión.
A base de pop rock comercial, «mezclado con algunas letras e influencia de la canción de autor clásica», es capaz de conquistar los escenarios. El hecho de escuchar siempre a figuras como Sabina o Andrés Suárez, por el que tiene una enorme predilección, le ha venido como anillo al dedo. Al igual que crecer con las melodías de Estopa o Melendi. Es algo que le ha ayudado a «crear una fusión de todo» que engancha al espectador.
En estos momentos cuenta con hasta cuatro canciones publicadas y, por supuesto, registradas. Cenizas, Navegando por tu cuerpo, Carta para ti y Bailar el silencio son temas propios. En los próximos días verá la luz la quinta, cuyo título es Yo sin ti. Los cinco darán forma a su primer EP, al cual llamará Las Puertas. Esta producción consiste en una compilación de canciones producidas por el mismo artista, con un objetivo promocional. No es considerado un single, pero tampoco un álbum completo.
Sergio López, que hace uso de los locales de ensayo de Cuenca Rock, explica que las canciones «son todas personales y están basadas en hechos reales». Las letras, curtidas en su casa, narran vivencias que «me han pasado a mí o que hablan directamente de personas a las que les tengo cierto cariño». También otros escritos que en el futuro también serán colgadas en las plataformas pero que por el momento prefiere mantenerlas en secreto. Las que ya tiene publicadas se pueden escuchar y están cautivando a la audiencia. Con una media de tres minutos basta para comprobar que tiene un verdadero arte. Pero no es fruto de la casualidad, sino del trabajo continuo. Y es que echa «muchos días a componer y escribir la letra, pero especialmente a encontrar la melodía perfecta».
Este joven de 27 años, natural de Villarejo-Periesteban, reconoce que le gustaría «dedicarme el día de mañana a la música», pero por ahora es un hobbie que tiene que compaginar con su labor de auxiliar de vigilante de seguridad en el Centro Comercial El Mirador. Tiene 27 años y sus primeros acordes llegaron a su vida con apenas diez años, aunque pronto dejó este mundo. Sin embargo, Sergio narra que «cuando tenía 18 años empezó a gustarme a raíz de ver vídeos». En ese momento despertó el talento que lleva innato. No ha parado ni ha soltado la púa en esta década porque sabe que la música es su verdadera vocación. Como cualquier músico, es inevitable pensar a lo grande, pero reconoce que se conformaría con «poder vivir de la música».
Reto. El próximo reto que tiene es llenar la Sala Directo el próximo 3 de mayo para mostrar todo su potencial. Es la primera vez que compartirá escenario con una banda, porque hasta entonces ha tenido diferentes actuaciones en solitario. Eso le genera «muchas ganas» y confía en volver a generar expectación. A partir de ahí seguir con su carrera y dar pasos cortos pero firmes que le permitan acercarse poco a poco a sus grandes sueños. Como mínimo, poder dedicarse por completo al mundo de la música. Una industria que le «encanta».