La localidad toledana de Urda se llenó de miles de feligreses este fin de semana con motivo de la procesión del Cristo de la Vera Cruz en el regreso a la basílica menor. De esta forma, la localidad de apenas 2.600 habitantes se convirtió en el epicentro de la devoción regional con un acto que reunió a más de 30.000 peregrinos en este Año Jubilar en el que no faltó la presencia taranconera. 

Desde la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno acudieron cerca de 60 devotos en el primer viaje que esta cofradía organizaba con «especial ilusión» a la localidad. «Ha sido una experiencia extraordinaria, todo lo que ocurre ahí es muy singular y distinto», indica Rafael Luján, como presidente de la hermandad, que destaca emocionado la «gran devoción» del lugar, que se vuelca con esta celebración.

«Tuvimos el privilegio de ver salir al Cristo desde el templo y acompañarle en la procesión», apunta Luján de una experiencia que no dejó indiferente al grupo compuesto no solamente por hermanos y hermanadas de la hermandad. «Siempre hay hueco para cualquier vecino interesado, nuestro lema es 'una hermandad abierta a todos'», indica Rafael como una de las principales señas de identidad establecidas por la junta directiva.

En esta línea, Luján anticipa los preparativos que desde la hermandad están realizando cara a la festividad de la Virgen de la Piedad el sábado 9 de noviembre, y que contará con una procesión por el casco antiguo. Además, destaca que para la hermandad es uno de los días «grandes» al contar con su madre por las calles del municipio al son de su banda de cornetas y tambores.