Durante el reinado de Alfonso XIII era costumbre celebrar su onomástica, el día 23 de enero de forma solemne y con cierto boato. Fue el año 1925 cuando coincidiendo con esta celebración se organizó en la capital de España un homenaje especial a los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Sin duda un acto de ámbito nacional agudizado ante el considerado una ofensa al honor y dignidad del rey provocado por un folleto editado (1.924) por el ilustre novelista valenciano, Vicente Blasco Ibáñez, residente en Francia, que era una implacable y agresiva publicación contra el rey y la Dictadura Militar, aceptada por el monarca en septiembre de 1923. Se editó con el título Alphonse XIII démasqué la terreur militariste en Espagne. Se pasaron a España miles de ejemplares.
Una idea sobre el contenido del texto nos lo puede dar este párrafo extraído del mismo: «España es hoy una nación que vive secuestrada. No puede hablar porque su boca está oprimida por la mordaza de la censura. El instinto de conservación impide que las gentes salgan a la calle para protestar contra la esclavitud. Un ejército poseedor de todos los medios destructivos oprime el país y le es fácil borrar con fusiles y ametralladoras las quejas de la muchedumbre armada».
Sobre los actos del homenaje al rey, el Ayuntamiento de la ciudad de Cuenca siguió el plan establecido para estar presente en Madrid el mencionado día 23, día de su santo. Recordemos que además de Alfonso tenía otros nombres de pila o gracia: León, Fernando, María, Santiago, Isidro, Pascual y Antón.
Honores en Madrid al pendón del Rey Alfonso VIIIEl día 12 de enero de 1925 se celebró en la capital sesión de la Comisión Municipal Permanente y en ella, se propuso al Ayuntamiento Pleno lo siguiente:
A) Honrarse nombrando a S.S.M.M. los Reyes Don Alfonso y Doña Victoria Eugenia, alcalde y alcaldesa honorarios de Cuenca.
B) Asistir a una representación nutrida del Ayuntamiento con maceros para entregar en Madrid el día 23 aquellos nombramientos y el álbum que será costeado por suscripción popular entre todos los Ayuntamientos de España remitiendo por giro postal a la Alcaldía de Madrid la parte correspondiente al de esta Ciudad.
Cinco días después es convocado en forma, sesión extraordinaria por la Alcaldía Presidencia donde comparecen el alcalde Cayo Faustino Conversa Martínez, tenientes de alcalde Pedro de la Muela Meneses, Rafael Mombiedro López, Francisco León y doce concejales para conocer los acuerdos que había adoptado la Comisión Municipal con motivo del homenaje a los reyes de España.
Además de este punto se debatieron otros dos muy importantes a nivel local: proyecto para la construcción de la Plaza de Abastos por un importe de 362.344,38 pesetas y el expediente de exención de varias fincas en el Parque de Canalejas (actual San Julián).
Por unanimidad acuerda el Ayuntamiento Pleno nombrar a los reyes, alcalde y alcaldesa de honor igual que se estaba haciendo en las ciudades y pueblos de España.
Igualmente, se acuerda la asistencia de una representación del Ayuntamiento. En este apartado existieron discrepancias y un concejal propuso que fuese lo más reducido posible el número de miembros de la Comisión que se desplazase a Madrid, para reducir gastos al Ayuntamiento y, por el contrario, otro edil era de la opinión que la representación fuese muy nutrida y pagados los gastos ocasionados particularmente por los asistentes.
Ante las opiniones y valoraciones diferentes se somete a votación esta pregunta: ¿Los gastos de la Comisión serán satisfechos de fondos municipales?
Votaron negativamente el alcalde, tenientes de alcalde y seis concejales y con voto afirmativo se manifestaron cinco concejales. Uno de los concejales no votó por haber abandonado la sesión antes de la discusión, con la venia del alcalde, volviendo a ocupar su escaño al finalizar la votación participando en los demás acuerdos.
Por unanimidad se aprobó que asistieran para representar al Ayuntamiento en el homenaje, el alcalde Conversa, ediles Pedro de la Muela Meneses, Rafael Mombiedro López, Francisco León, Federico Saiz y Amador Motos.
Hubo que confeccionar dalmáticas nuevas, indumentarias utilizadas por los porteros maceros, porque las actuales se encontraban en un estado deplorable e indignas de llevar de vestimenta en actos oficiales, portando en su mano la maza símbolo de dignidad y poder de la autoridad.
Llegado el día 23 de enero fueron un gran número de conquenses que se desplazaron a Madrid: representantes de Ayuntamientos, Diputaciones, agricultores, asociaciones, etc.
Se concentraron, siguiendo directrices de la organización, frente a la Puerta Hernani, uno de los accesos al Jardín del Retiro, iniciando el recorrido alrededor de un millar de conquenses.
Al comienzo hubo un acto muy emocionante cuando al aparecer el Pendón de Alfonso VIII, símbolo de la Conquista de Cuenca el año 1177, que llevaba el teniente de alcalde Rafael Mombiedro, una banda de música interpretó la Marcha Real (se repitió en la Puerta del Sol donde estaba el Ministerio de la Gobernación ) y un piquete de soldados del Regimiento de Húsares de la Princesa rindió honores militares a la histórica enseña de Cuenca y dos soldados se colocaron a ambos lados con sable presentado.
Durante el recorrido por las principales calles más céntricas de la capital de España se fueron incorporando conquenses principalmente residentes en Madrid hasta la concentración de todas las provincias, con pendones, señeras y estandartes memorables en la Plaza de Oriente, frente al Palacio Real, donde esperaban los monarcas.
Se había conseguido en aquel multitudinario acto el fin que se perseguía y en recuerdo por real decreto se creó la Medalla Homenaje de los Ayuntamientos a los reyes Alfonso XIII Y Victoria Eugenia.
Al regreso a Cuenca de los participantes en la manifestación hubo, junto con muestras de agrado, algunas leves críticas en la prensa local.
En uno de los periódicos se indicaba: «No estamos conformes en que esa gloriosa reliquia vaya envuelta en doble funda, debe lucir sus jirones como los lucieron otras muchas; pero al fin y al cabo la bandera es la expresión del carácter de un pueblo». Otro periódico comentaba que se había echado en falta a los ciudadanos conquenses durante la salida y llegada del Pendón en la estación del ferrocarril porque debía haberse realizado con banda y escolta.