Cualquier acción defensiva a balón parado, ya sea a través de un saque de esquina o mediante un centro desde cualquier punto del campo, se convierte en una pesadilla para el Conquense. Es el talón de Aquiles de un equipo que está cuajando una gran campaña, pero que no es capaz de detener la sangría, hasta el punto de que posee menos puntos en su casillero de los que merece por su gran juego. En Segunda RFEF, esos «errores puntuales cuestan muy caro», apunta el mediocentro Pablo Olivares. La dolorosa derrota en casa ante el Rayo Majadahonda (2-3) es el último ejemplo.
El centrocampista conquense incide en que «la falta de concentración» en estas situaciones «perjudica mucho» y no se trata de un aspecto a trabajar , «porque lo practicamos desde hace muchos meses durante los entrenamientos». Es, más bien, por la «concentración de cada uno», añade. Las jornadas pasan y parece que el equipo no es capaz de encontrar con la tecla para hacerse fuerte en las acciones a balón parado, donde el esférico circula en área propia. Pablo Olivares asegura que «si no fuera por esta razón, el equipo estaría incluso en puestos de play off o muy cerca de estarlo». Es, a día de hoy, «nuestro gran debe».
El duro traspié de este domingo ante el conjunto madrileño «duele mucho». Mucho más cuando «ganábamos por dos tantos a cero». Eso hace que «estemos muy decepcionados». Y es que el Conquense «controló el partido del minuto 0 al 43 y del 45 al 90». No obstante, en ese descuido y durante 60 segundos para olvidar, «encajamos de forma inexplicable dos tantos que supusieron el empate», detalla Olivares.
A la falta de concentración también se suma «tener más picardia en esos momentos, ya que no te pueden meter un segundo gol a pocos minutos del final cuando ya te han metido uno». De hecho, «deberíamos haber impedido que se jugara más hasta llegar al descanso», añade.
la fuensanta. El hecho de perder tres puntos en La Fuensanta duelen «aún más tras saber que hicimos un gran partido y que, una vez más, fuimos superiores en juego a nuestro rival durante prácticamente todo el partido». Ahora, a toro pasado, es momento de «aprender de los errores y ver en qué tenemos que mejorar, que es algo que tenemos muy claro».
La noticia positiva es que «cada semana tenemos una oportunidad nueva para redimirnos». Ahora toca pensar en intentar puntuar o volver a la senda del triunfo este domingo (11 horas) en la complicada cancha del filial del Tenerife. Es un duelo «muy difícil ante un rival que está haciendo muchas cosas bien» y no es casualidad que ocupe la cuarta posición.
Así, el Conquense, dolorido pero con ganas de resarcirse, siendo consciente de que su juego sigue estando a un elevado nivel, intentará recuperar la sonrisa en un largo viaje. En esta expedición podrían entrar ya, si así lo estima oportuno Rober Gutiérrez, tanto Ratinho como Liam Ayad, los dos refuerzos de este mercado invernal.