Tienen rollo. Poseen un estilo propio bien definido y trabajado. Sus temas suenan muy bien. Transmiten alegría, energía y un gran ímpetu por forjar un largo recorrido en el mundo del rock. La juventud no supone ningún impedimento para ellos porque se presentan como «la nueva era» de uno de los géneros musicales por excelencia. Cada vez que se suben a un escenario conquistan al público e incluso cuentan ya con un grupo de seguidores incondicionales. La banda Black Suits está llamada a dar de qué hablar porque «vamos a darle un nuevo aire al rock».
Los hermanos Ángel, Carlos y Samuel Saiz, junto a Carlos García y Hugo Visier, dan vida a este grupo rockero conquense que sueña en grande. Los cinco, con una media de años que por muy poco no supera la mayoría de edad, recalcan que «hace falta rock para Cuenca y música en directo». Black Suits ya se ha subido a varios escenarios de la capital y aspira a seguir conquistando al amante de la música.
Hasta la fecha, tienen cuatro canciones propias: Madness, Crazy Villaege, Alice y Aguas Oscuras. Ángel Saiz, que es el cantante y artífice de dar sentido a las letras a sus 18 años de edad, explica que «son canciones propias que gustan mucho al público». Así, Black Suits, que se refundó hace unos meses, concretamente el pasado 10 de noviembre, también versiona temas «clásicos y modernos» de grandes referentes como Metallica o Iron Maiden, aunque el abanico es muy amplio. Sí es cierto que «las versiones las adaptamos siempre a nuestro sonido», recalca el teclista Carlos García, que se apoda Charlie para diferenciarse de su tocayo en el grupo. Es el más mayor de todos, con 21 tacos, y muchas veces lleva la voz cantante a la hora de describir a su querida banda.
Verano. El próximo verano será especial para ellos porque podrán grabar un disco con diez canciones, de las cuales seis serán nuevas e incluirá las cuatro que ya suenan una y otra vez. La previsión es que puedan lanzarlo para «octubre o noviembre». Este podría ser el primer paso para «petarlo mundialmente, que es el objetivo que tenemos», tal y como subraya con firmeza el más pequeños de todos, Samuel Saiz, que apenas tiene 14 años pero que se maneja a la perfección como bajista. Su hermano Carlos, solo dos años mayor que él, ejerce de guitarra principal y también recalca ese es el propósito de todos porque se trata de «constancia y trabajo, y sabemos que podemos conseguirlo».
Las reacciones en el público son muy positivas, tanto que «flipan con nuestro sonido y por la forma en la que actuamos», apunta Hugo Visier, que es el encargado de sacudir las baquetas en la batería. Pese a que tiene 20 años ha pasado ya por varios bandas y su experiencia es también un grado.
Así, los cinco, que compaginan la banda con sus estudios, cada uno con su curso y formación correspondiente, aspiran a llegar muy alto. Cada uno de ellos han adquirido experiencia en distintos grupos, especialmente los más mayores, y ahora quieren unir ese recorrido para triunfar juntos. Además, los dos benjamines de la banda vienen pisando fuerte y quieren comerse el mundo. Eso sí, quieren hacerlo con pasos firmes y con una gran perspectiva de futuro, principalmente porque son jóvenes y derrochan una enorme felicidad e ilusión por cumplir su gran sueño, que es «vivir y dedicarse al mundo de la música». Larga vida al rock.