El obispo de Cuenca, José María Yanguas, bendijo e inauguró en Jábaga las obras llevadas a cabo en las fachadas de la iglesia parroquial de la Purificación de Nuestra Señora. Los trabajos consistieron en el afloramiento de la piedra, mediante la eliminación de materiales viejos, según el proyecto existente gracias al convenio entre la Diputación Provincial, el Obispado y el Ayuntamiento de Fuentenava de Jábaga. El acto tuvo lugar en la fachada sur, frente a la puerta de entrada, coincidiendo con el día de la festividad de la Patrona, Santa Teresa de Jesús, en el que estuvieron presentes, además del obispo de la Diócesis; el subdelegado de Defensa, Fernando Antón; el alcalde, José Luis Chamón; y la casi totalidad del pueblo a pesar de ser día laborable en la capital.
Se trata de un proyecto en el que se han invertido 150.000 euros, con acciones especiales en la fachada norte, donde está los restos más antiguos de la primitiva iglesia datados en el siglo XIII. Se trata de unos canecillos de piedra, junto a una especie de puerta cegada que pudo albergar una hornacina sobre la que se aprecia una sobreelevación del edificio. De manera que se actuó en el saneado y rejuntado de la mampostería de los cerramientos exteriores, suprimiendo el revestimiento de mortero de cemento extemporáneo, al tiempo que se reparaban los sillares existentes, recuperando la piedra en sus cuatro lados.
Esta iglesia, originariamente románica, ha sufrido muchas transformaciones que han cambiado su aspecto original. En el año 1569, el visitador describía de ella que tenía dos naves, dos altares, techumbre de madera y retablo de Oviedo. Actualmente, es una iglesia de una sola nave, con cabecera de planta cuadrada y espadaña a los pies, posiblemente construida sobre la original, románica, de la que queda una ventana saetera por encima de la cual se elevaría la primitiva espadaña a la que pertenecerían los dos vanos para campanas, cegados en la actualidad.
Hay que destacar que, en su interior, a la altura de los restos románicos, se encuentra una bellísima imagen de vestir, de la Soledad, obra del escultor valenciano, Pío Mollar, bendecida en 1941, y sacada en procesión los viernes santos de 1943 y 1944, llegando, a Jábaga, en 1956.