Tan solo en el primer trimestre de este año se quedaron desiertas en todo el país un total de 318 licitaciones de obra pública por un valor aproximado de 190 millones de euros y en todo el pasado ejercicio 2022, quedaron sin concesión actuaciones por valor de más de 800 millones. Una situación con especial incidencia entre las entidades locales y de la que Cuenca capital no es, ni mucho menos, ajena, más bien todo lo contrario. 

Basta con echar un vistazo al último año y medio para comprobar las numerosas obras públicas que se han quedado sin adjudicar, y, no solo en una ocasión, lo que está obligando al Ayuntamiento a sacar a licitación una misma obra no solo dos o tres veces, sino, incluso, hasta cinco, como es el caso de la reurbanización del barrio de La Paz.

Una actuación, ahora en licitación, que ha visto incrementar su presupuesto de una manera más que importante, pasando de los 850.000 euros iniciales a los 1,2 millones y, posteriormente a los actuales algo más de 1,4 millones.

Las obras del aparcamiento de autocaravanas afrontan su cuarta licitación. - Foto: Ayuntamiento

Pero ésta no es la única obra que trae de cabeza al Consistorio, puesto que hay otras que van por el mismo camino, como es el caso del aparcamiento de autocaravanas proyectado detrás de las instalaciones en Cuenca del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), que afronta su cuarta licitación después de incrementar su presupuesto de 56.000 a 80.000 euros, o, más recientemente, el proyecto de reconstrucción del muro de Ramiro de Maeztu, en el barrio de Los Moralejos, que ya ha salido en dos ocasiones para su adjudicación, sin éxito, claro.

Este problema, sin embargo, no solo le atañe al Ayuntamiento, sino que también afecta al Consorcio de la Ciudad de Cuenca, que recientemente ha visto cómo se ve abocado a una tercera licitación el proyecto de mejora y acondicionamiento de las entradas a la ciudad desde Madrid y Valencia; y eso que ya se incrementó el presupuesto de 869.097 a 1.173.281 euros.

Es más que evidente que hay un problema bastante grave con la obra pública en Cuenca, que dilata en el tiempo la ejecución de muchos proyectos municipales, hasta el punto de traspasar legislaturas.

La reconstrucción del muro de Ramiro de Maeztu ya lleva dos licitaciones. - Foto: Reyes Martínez

El sector. Desde el sector de la construcción, se tiene claro que no es una cuestión específica, más bien generalizada en todo el territorio español. Y así lo pone de manifiesto el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de la Construcción y Afines de Cuenca (Apymec), Álvaro Villaescusa, quien habla de un problema de mano de obra, unido a un constante incremento de los precios de los materiales que hacen difícil hacer frente a ciertas actuaciones.

Y es que, según afirma, «los materiales han tenido incrementos porcentuales del 20%, del 50% y hasta del 70%, por lo que es un factor que está complicando las licitaciones que se presentan. Y lo que está claro es que no se puede trabajar en pérdidas y es vital que todos los ayuntamientos se ajusten a la legislación decretada que establece la revisión extraordinaria de precios».

Otro aspecto a tener en cuenta, a juicio del sector, es el hecho de que «la licitación pública no es regular». Y, de hecho, subraya que «venimos de una paralización de la obra pública por la inestabilidad y la guerra de Ucrania, lo que ha llevado a la desaparación de empresas y a la redimensión de plantillas en el resto, y luego viene un aluvión de demanda por la llegada de los fondos europeos o citas electorales que no se puede dar respuesta inmediata».

La mejora de las entradas a la ciudad afrontan su tercera salida a licitación. - Foto: Reyes Martínez

Es por ello que Villaescusa considere fundamental que «las obras públicas deban responder siempre a una necesidad social y requieran de una correcta planificación, así como de planes de inversión periodificados por varios años, legislaturas, etc. que nos permitan dimensionar nuestras empresas y plantillas a un nivel de licitación o volumen regular».

Reconoce, sin embargo, que la construcción ha perdido en los últimos 15 años un millón de trabajadores, según la CNC, no hay relevo generacional, la Formación Profesional no incorpora jóvenes al ritmo deseable y el sector no es capaz de atraer mano de obra ni con un convenio colectivo, que incluye un plan de pensiones.

Confía, en consecuenca, en que «las soluciones las iremos encontrando entre todos y en la medida que vayamos solventando todos los problemas que hemos tenido, sobre todo, este año y el anterior».