Afianzar el nuevo grado de Ingeniería Biomédica y acoplarse con el nuevo hospital Universitario son unos de los principales retos del campus de la Universidad de Castilla-La Mancha en Cuenca. No es el único frente abierto de la universidad, en general, porque en los próximo años van a cambiar muchas cosas. César Sánchez Meléndez (Albacete, 1973) es muy consciente de ello y lo explica en esta entrevista desde su experiencia y con el punto de vista del «ingeniero más humanista» del que hace gala.
¿Cómo empezó el curso?
El curso empezó con normalidad, lo que no es poco porque es verdad que en estos cuatro años de legislatura hemos tenido años complejos, entre Covid, Filomena, ataques cibernéticos, etc. Estamos en un curso de normalidad y de buenas noticias.
César Sánchez Meléndez - Foto: Reyes Martínez¿Por ejemplo?
El nuevo grado de Ingeniería Biomédica empieza su segundo curso con muy buenas expectativas porque han crecido enormemente las matrículas en primero. Las matrículas en el campus, en general, también han crecido, A nivel regional estamos con una ocupación de un 99 por ciento. Hay que matizarlo porque no quiere decir que se hayan cubierto todos los grados al 99%, sino que algunos están por encima, otros por debajo, y todavía hay plazas en grados determinados. En Cuenca, estamos en torno al 92 por ciento de ocupación, que es una cifra muy buena. Supone un crecimiento respecto al año pasado y es una línea ascendente.
¿Esperaba ese grado de ocupación?
Se esperaba un crecimiento porque tenemos la titulación de un curso más. El grado de ocupación nos ha ido sorprendiendo estos años porque siempre ha seguido una línea ascendente, pero también estamos en un momento de preocupación porque recibimos la natalidad de hace 18 años y a partir de 2025 o 2026 será otro pico de matrículas. La admisión de matrículas en la UCLM está en torno a un 70 por ciento de gente de Castilla-La Mancha y un 30 por ciento de atracción de gente de fuera. En provincias como Cuenca, con el índice de despoblación importante y el descenso de natalidad, provocará un descenso de matrícula.
Otro grado nuevo es el de Turismo. ¿Cómo está siendo la respuesta?
Está completando ciclo y hemos visto subidas y bajadas. Vimos años muy buenos de matrículas y otros que no están siendo buenos. Tenemos que analizar por qué ha habido esa dispersión. Tantos picos nos hacen ser cautos en el sentido de que los grados hay que ir adaptándolos, ver lo que está requiriendo la sociedad y si son necesarias algunas adaptaciones de los planes de estudios. Todos los planes, cada cierto tiempo, pasan evaluaciones y se incorporan nuevas tendencias porque la sociedad está cambiando.
¿Por qué cada vez hay más alumnos que eligen estudiar en la UCLM y, en concreto, en Cuenca?
La marca UCLM se ha ido asentando con el tiempo. Ese modelo de cercanía lo han propiciado también las campañas de promoción en los propios centros de Secundaria, Bachillerato, etc. al ver muy cercana la universidad y sus instalaciones a través de talleres, charlas… Hay una colaboración que es cada vez más cercana, de forma que los estudiantes cuando tienen que tomar una decisión ponen encima de la mesa esa marca UCLM. Esa idea de proximidad que hemos ido trabajando durante estos años ha calado en el estudiantado, que hace unos años no era posible y que no se veía como una primera opción.
¿La UCLM ha conseguido el objetivo de vertebrar la sociedad de Castilla-La Mancha?
Sin duda. Es el principal objetivo de la UCLM desde sus inicios. El año que viene cumplimos 40 años y poco a poco se ha ido asentando. En cualquier de las actividades que hacemos vemos que la universidad puede estar en muchos sitios y que, desde luego, vertebra.
Un reto de futuro de la UCLM es ese 'invierno demográfico' al que aludía antes ¿Cómo se afronta?
La nueva etapa es el reto para esto. Ahora estamos en un momento dulce en cuanto a matrículas, pero hay que ponerse ya a pensar, tanto nosotros como el sistema universitario, hacia qué modelo hay que ir. Desde el Covid, el modelo de enseñanza virtual va calando. No es el modelo que defendemos, pero lo incorporamos como enseñanza superior porque es obvio. Sin embargo, dentro de ese modelo lo que defendemos es la enseñanza presencial y, claro, tiene sentido cuando hay alumnos que se quieran venir o quedar en el territorio. Ese es nuestro empeño y las líneas de actuación del sistema parece que empiezan, no a derivar totalmente, sino a incorporar otras visiones como la enseñanza virtual y la formación de personas adultas.
En este caso es donde está el gran bloque de necesidades de formación. A nivel europeo, España aún está muy lejos en formación cualificada en márgenes de edades que son la parte alta de la pirámide poblacional. Por abajo, baja la natalidad, pero tenemos un bloque de personas que necesitan cualificarse por los cambios sociales que vienen en los próximos años. No debemos olvidar lo que somos como una universidad regional, como institución vertebradora del territorio, pero hay que ir mirar hacia el futuro. La formación de personas adultas o ya formadas que necesitan una recualificación es una de las líneas y ,por supuesto, la atracción del talento de otros sitios.
¿Cómo se puede concretar esa recualificación?
No solo nosotros hablamos de ello, también muchas administraciones empiezan a poner sobre la mesa la idea de las microcredenciales y de la formación permanente a lo largo de la vida como una línea estratégica. Si me pregunta por líneas estratégicas de futuro, hablamos de formación permanente y la internacionalización. Por supuesto, por encima o por debajo de lo que somos como universidad. Somos docencia, investigación y transferencia. Con todo eso hay que dar la visión de lo que va a ser la universidad en los próximos diez años.
¿Estos cambios, unidos a recientes adversidades como la pandemia o los ataques cibernéticos de los que hablaba antes, habría que verlos como una oportunidad?
Lo hemos dicho muchas veces y lo sufrí. Es verdad que con perspectiva lo ves de otra forma. No podemos decir que nos vino bien, pero se nos planteó un reto y salimos mejor universidad de la que estábamos. Ahora, acostarte un viernes diciendo somos una universidad totalmente presencial y levantarte un lunes diciendo que somos totalmente virtual fue un reto notable para todos. Lo fue para la parte de gestión, para el equipo que estaba en ese momento, para los profesores y para los estudiantes. Ese planteamiento de reto en vena hizo que nos fortaleciéramos de manera precipitada muchas áreas, algunas con errores, pero ahora vemos que ha conseguido asentarse. Estamos mucho mejor preparados para esos retos que vienen, pero sin olvidar lo que somos. Podremos dar formación a distancia híbrida, pero tenemos que atraer gente a nuestro territorio.
¿Qué le falta a Cuenca para ser una ciudad universitaria plena? No sé si está de acuerdo conmigo en que por un lado está la ciudad y por el otro la universidad…
Estoy de acuerdo en parte. Falta que entre todos nos creamos que Cuenca es una ciudad universitaria. Tenemos 4.300 estudiantes sobre una población de algo más de 50.000. Si hacemos cuentas, es casi la provincia con casi más presencia de toda Castilla-La Mancha. Pero es verdad, hay cierta desafección. Igual tiene que ver con que el campus esté algo separado y no se vea esa presencia. En otros campus está igual de separado y sí que parece que existe. Creo que la universidad está muy implicada en el desarrollo de la capital en muchos aspectos y se ha convertido también en un pilar de apoyo para algunos otros proyectos de ciudad. Hace falta que la gente se convenza de que estamos aquí y valore esa marca UCLM, que cada ve crece más porque nuestro ítem para medir son las matrículas. Ahora, hay varios proyectos en los que la universidad está implicada como el nuevo hospital universitario, los nuevos grados o el Centro de Instituciones Penitenciarias.
¿Qué va a aportar al campus de Cuenca el nuevo hospital?
Hay dos líneas. Una aportación, obviamente, es todo lo que tiene que ver con la parte de las carreras de salud y en Enfermería especialmente. Además, hay otra línea que incorpora la Ingeniería Biomédica porque la configuración de este grado era distinto a lo que se estaba viendo en España en cuanto a planes de estudios parecidos y pasa por el hecho de que hay un semestre completo que los estudiantes pasan por el hospital. La formación no es en nuestras aulas sino en el hospital. Hay una relación muy directa con el personal con el personal clínico a través de actividades de formación y de actividades de investigación. Muchos grupos en la rama de la Facultad de Enfermería, pero también de Ingeniería, que desarrollan líneas de investigación que tienen un paraguas clínico muy importante. Esa relación se está acelerando y creo que habrá líneas importantes como la presencia de alumnos, las colaboraciones en formación directa y el establecimiento de investigaciones conjuntas.
¿El Erasmus Rural es uno de los grandes aciertos? ¿Queda mucho para alcanzar su techo?
Sí, estoy convencido. Además, nos lo han copiado… El rector [Julián Garde] se empeñó en el Erasmus Rural y fue uno de los primeros proyectos que quiso poner en marcha aunque tuviera que hacerlo con mucha celeridad. Es verdad que nos acompañaron muchos compañeros de viaje como diputaciones y empresas privadas que lo financiaron. El Erasmus o el UCLM Rural no tiene techo. Ahora, el mismo Gobierno ha establecido un programa nacional y todas las universidades se han embarcado en él. El techo, obviamente, es presupuestario. Nosotros tenemos una financiación porque todos estos estudiantes reciben una beca remuneración por estar en esos municipios, pero no le vemos más techo que el que nos imponga el presupuesto. Hay muchísimas solicitudes de municipios y empresas que quieren atraer el talento a las zonas rurales, y también muchísimos estudiantes que quieren ir a esos entornos. Tenemos una senda de crecimiento inmensa.
Garde anunció ya su intención de presentarse a la reelección. ¿Le gustaría seguir como vicerrector?
Mucha gente me lo pregunta. El momento es distinto. Si algo consiguió este rector es esa línea positiva de trabajo en la universidad y que haya mucha gente que quiere trabajar con él. El rector tiene ahora un interesante abanico de posibilidades. Los retos de ahora no son los de hace cuatro años, son muy distintos. Estoy convencido de que un proyecto sale bien cuando el equipo que te acompaña está bien. Es algo que me ha pasado en distintos ámbitos de gestión universitaria y personal. Le hemos dicho al rector que tiene que pensar a qué retos se va a enfrentar dentro de esa visión de futuro y buscar a la gente adecuada. Estoy contentísimo trabajando en la universidad. La universidad es mi vida, mi casa y he trabajado por ella en muchos sitios. No es una necesidad ni una inquietud saber qué es lo que va a pasar conmigo porque sé que voy a seguir trabajando para la Universidad y así se lo trasladé al rector.
¿Si Garde fuera reelegido como rector y le dice 'quiero volver a contar contigo', qué diría?
Tendríamos que verlo. Tendríamos que plantear entre los dos los retos. Tengo un defecto y es que para trabajar necesito estar ilusionado de forma constante o tener retos constantes. Pero cuando tienes retos constantes y buscas la ilusión constante, algunas veces te conviertes en difuso. Es verdad que lo retos de la universidad ahora son muy distintos. Nos enfrentamos a una cambio casi radical de la universidad que conocemos. Aparte, los mandatos ahora en la universidad son de seis años y únicos. El rector se enfrentaría a un periodo de seis años en los que la universidad tiene que cambiar desde abajo hasta arriba. Tengo que pensar si realmente estoy preparado para esos retos y si tengo capacidad para afrontarlo.
Hablemos ahora del pasado reciente. ¿Qué balance hace de sus etapa como vicerrector?
Disfruto mucho trabajando en la universidad, esté donde esté. Estar en un equipo de dirección de la universidad te da otra visión. Estuve en otras etapas anteriores, no como vicerrector. La visión que te da la presencia en ese equipo de dirección de la universidad como administración vertebradora de la región es maravillosa. En cuanto a objetivos, se han cumplido el 80 por ciento del programa de gobierno. En la parte que a mí me corresponde que es Cultura, Deporte y Responsabilidad Social ha habido algunos hitos que nos han posicionado mejor.
¿Puede detallarlos?
En la parte social, en la oficina del Voluntariado los alumnos ahora pueden incorporar sus prácticas de voluntariado dentro de su expediente académico con convenios que realiza la universidad. En el caso del deporte universitario, se está afianzando y este año ha sido el punto máximo por éxitos deportivos, así como la realización y presencia en actividades deportivas. Nuestra presencia en el panorama nacional e internacional ha sido mucho mayor que en años anteriores. El rector siempre dice que si es reelegido quiere que sea la mejor universidad pública para hacer deporte. Es verdad que nos queda mucho. Y en Cultura, la marca UCLM Cultura se ha afianzado.
¿Qué cree que ha aportado como ingeniero de Telecomunicaciones al Vicerrectorado?
Me dicen algunas veces que 'eres el ingeniero más humanista que me he encontrado en la vida'. Es curioso porque estoy en un Vicerrectorado completamente humanista y tengo esa parte ingeniería y pragmática. Es verdad que mi equipo es plenamente humanista. Tengo la gran virtud de que soy consciente de mis enormes defectos. Así que necesito esa parte a mi lado en los equipos. A lo mejor, aportar pragmatismo y celeridad a la hora de solucionar algunos de los problemas es lo que puedo haber aportado.