Manuel Millán de las Heras culminará el próximo Viernes Santo el mayor reto de su trayectoria como compositor. Es el primer conquense a quien se ha encomendado una obra de encargo de la Semana de Música Religiosa (SMR) de Cuenca. El Teatro Auditorio acogerá a partir de las ocho de la tarde el estreno de Vía Crucis interpretada por la Orquesta y Coro de la Orquesta de la Comunidad de Madrid con la dirección de Jordi Francés.
Se trata de una obra que su autor ha vinculado de forma directa a una de las señas de identidad del arte y la cultura de Cuenca. «Está dedicada a Gustavo Torner, un gran melómano además de gran artista. Es un sabio de la música y especialmente de la música contemporánea, algo que no siempre sucede en el mundo de los artistas plásticos. Está pensada en él y espero, ojalá, que pueda asistir y disfrutar».
El compositor, intérprete y profesor de música reconoció que el encargo de la SMR supone «quizá la culminación de mi carrera como compositor porque es un encargo de uno de los grandes festivales de España y es mi festival. Además estamos hablando de una obra muy ambiciosa. Desde un principio se me dijo que la obra era para una formación grande y que no tenía cierto límite de duración. Además, la formación que la va a interpretar es de las mejores de este país».
Vía Crucis rondará los 50 minutos de duración. El propio autor avanzó que «un recitador va a ir narrando las catorce estaciones del Vía Crucis. Hay muchos textos de poesía renacentista, hay textos de los evangelios canónicos, de los evangelios apócrifos y algunas exclamaciones en latín que son traducciones en las que me ayudó María José Ramírez, profesora del instituto Santiago Grisolía».
Millán de las Heras reconoció que el momento de iniciar la composición guardó ciertas similitudes con la inquietud que plantea el 'folio en blanco' para los escritores. «Estaba todo por hacer y tienes la ilusión de hacer todo desde el principio. A veces es perturbador, a veces es angustioso pero me lo tomé con tiempo. Pude meditar y pude corregir. Al final, sale lo que eres tú, lo que has amado de la música de siempre, lo que amas a la hora de componer. Al final, tu estilo vence y se plasma. La creación llama a más creación y a veces no coincide el resultado final con lo que veías al principio. Ver cómo tu propia creación va tomando vida propia es fascinante».
No dudó en reconocer que es un 'forofo' de la SMR a la que lleva ligado desde siempre. «Llevo asistiendo a la Semana de Música Religiosa desde que era adolescente. A raíz de la SMR, y junto al Museo de Arte Abstracto, de pronto empieza a crearse una cultura impresionante alrededor de una ciudad tan pequeña como podía ser Cuenca en esos años. Soy nacido en el año 1971 y lo empecé a vivir en los 80 y después como crítico. Soy un forofo. He estudiado con mucha gente tanto en España como fuera de España pero mi profesor principal ha sido la SMR. La formación que me ha dado es enorme porque aquí he visto lo mejor siempre. Y, a su vez, me ha perfilado también como persona por esa espiritualidad que genera este festival y que quizá no lo generan otros».
Estrenó una pequeña obra para violonchelo por encargo de Pilar Tomás en el año 2011. "Una pieza pequeña que se estrenó en el Museo de Arte Abstracto. El día de la presentación de la 62 SMR ya recordé la figura de Carlos Patiño, un compositor del siglo XVII, nacido en Santa María del Campo Rus que ha sonado en las SMR. Pero como obra de encargo sí, soy el primero y el único, de momento. Ojalá sean más en el futuro. Mi generación está marcada por el profesor José Miguel Moreno Sabio, José Antonio Esteban Usano, Juan Carlos Aguilar, Pedro Pablo Morante, Curro Torralba... somos un grupo de compositores de edades similares y creo que tenemos muchas cosas que decir. Luego ha venido gente más joven que creo que puede coger el testigo".
Sobre el futuro de la SMR y el rendimiento que genera en la ciudad, considera que "Cuenca está muy volcada en su Semana Santa y sobre la Semana de Música Religiosa, que también fue declarada de interés turístico internacional, hay cierto desconocimiento porque la gente está tan volcada en salir en procesión que quizá el propio conquense no le da la importancia que tiene, que ha tenido y que tendrá. Tenemos un público muy fiel pero también va haciéndose mayor y necesitamos nuevo público, a ver si lo vamos consiguiendo".