Aún no ha comenzado y uno ya siente el miedo en el cuerpo. La sensación es terrorífica. No es para menos porque el vestuario y el maquillaje asusta, las luces y la música trasladan a cualquiera a otra dimensión y los sucesos inesperados no dejarán de repetirse. Y esa es, precisamente, la intención con la que trabajan con gusto más de medio centenar de integrantes de la Asociación Amigos del Carnaval para dar vida a la cuarta edición de Cuenca Terror Encantado. Un evento solo apto para valientes. El acceso a esta actividad, que no es apta para menores de 14 años, tiene un coste de tres euros.
Este colectivo pretende «trasladar el terror al Casco Antiguo», concretamente, a la iglesia San Andrés, que tanto este fin de semana como en el puente de Todos los Santos apagará sus luces para convertirse en «un viejo colegio, que esconde un gran misterio en su interior», apunta el presidente de la asociación, Manuel Lozano. El propósito es que, tanto conquenses como turistas, vivan «una experiencia inolvidable». Pero que a nadie le quepa la menor duda de que será difícil contener la calma. «Unos tardarán menos que otros en completar el recorrido», por lo que ya depende del miedo que uno «pueda aguantar».
Manuel Lozano apunta que Cuenca Terror Encantado es «un evento consolidado y uno de los mejores pasajes de España», e incluso «nos lo demanda la gente». En la anterior edición, con solo dos días, pasaron más de 4.500 personas por este oscuro e inesperado pasaje del terror. Este año, con cuatro jornadas, «esperamos superar las 10.000 personas». La previsión, por tanto, es «muy positiva».
Qué sensación más terrorífica - Foto: Reyes MartínezTampoco vale de nada las experiencias previas. Pedro Lahuerta, agente de un cuerpo de élite y encargado de diseñar el laberinto, apunta que «el año pasado estuvo bien, pero fue muy suavecito». Avisa a navegantes de que «este año se van a ver cosas que van a dar mucho miedo». Sus palabras asustan, pero mucho más al recalcar que «el que sea valiente que se atreva a entrar, ya veremos cómo sale». En el corrido también hará acto de presencia Adrián Lucas, un zombie con bastante mala pinta, que asegura que «a todos les va a encantar lo que tenemos preparado». También avanza que «me van a ver claramente», pero avisa que «se van a acordar bien de mí durante mucho tiempo».
El elenco de figurantes es bastante amplio hasta contar con 50 implicados. Elena Cólliga y Sonia Lahiguera también son de la partida. La primera de ellas indica que «las expectativas son muy buenas para esta edición porque este año va a dar mucho más miedo, es más sangriento». Elena añade que «los conquenses deberían venir par que vean que Cuenca se mueve y que nos apoyen para que sigamos haciendo esta iniciativa». Por su parte, Sonia Lahiguera incide en que «recibimos siempre muchas felicitaciones cuando han completado el recorrido, y eso es síntoma de que hacemos las cosas bien».
Los aspirantes a sufrir o disfrutar del medio podrán cruzar la primera puerta en grupos de seis a ocho personas. Que tarden más o menos en llegar al final dependerá de cada uno. Lo que está claro es que será difícil contener las emociones y el terror no dará tregua durante todo el laberinto.