Hace una semana el guadalajareño Dani Molina alzaba los brazos al cielo de París. Acababa de ganar la medalla de oro de triatlón. Unos meses atrás contaba a La Tribuna que falta apoyo económico para los deportistas con discapacidad: «Se viaja mucho, se compite mucho y si te quieres dedicar al cien por cien, tienes que tener en cuenta que también hay que pagar una hipoteca, unos coches y mantener unos hijos».
Estar en la élite no es fácil. A nadie se le escapa que hay muchos desafíos que superar tanto en el día a día por tener una discapacidad como en la competición para mantenerse a un alto nivel. Pero además de esos desafíos evidentes, hay otros que a lo mejor no son tan visibles y en los que toca seguir trabajando ahora que la llama del pebetero se acaba de apagar.
«El material deportivo es un tema importante y un factor muy limitante», expone Alberto Jofre, director gerente del Comité Paralímpico Español. Cuenta que solo para iniciación «un padre o una madre que tengan un niño sin discapacidad se va a una gran superficie y por 300 euros tiene una bicicleta». Sin embargo, «si el otro hermano o hermana tiene una discapacidad, necesita 4.000 o 5.000 euros». Y le suma que luego esa bicicleta habrá que cambiarla a los pocos años cuando crezca. Jofre señala que un deportista parapléjico tiene que pagarse una handbike y una silla de ruedas de atletismo o que una prótesis puede valer 10.000 euros. Hace año y medio se activó el programa Team España Elite para ayudar con estos gastos. «Hace cuatro eso lo tenía que sufragar el deportista y era un punto débil del sistema deportivo español», apunta Jofre.
Dani Molina consiguió el oro en triatlón. - Foto: David Ramírez (Comité Paralímpico Español)Otro desafío es la búsqueda de patrocinios personales. En el Comité Paralímpico tienen el Plan ADOP, promovido por el Gobierno, la Fundación ONCE y el Real Patronato de la Discapacidad y que se costea con capital de un nutrido grupo empresas. Reconoce que «a los deportistas conseguir patrocinadores personales les cuesta más». Valora que esta tendencia va cambiando: «El deporte con discapacidad no es el fútbol o el tenis, pero se está logrando un cambio, una sensiblización por parte de las empresas muy importantes».
Más dificultades suelen venir con la falta de instalaciones deportivas o la disponibilidad de utilizarlas. «En algunos sitios es difícil», avisa, «puede haber restricciones para una silla de ruedas en una pista de atletismo». Dice que hay que seguir mejorando en esa línea para que «una persona con o sin discapacidad pueda entrar en una instalación deportiva con los mismos derechos y obligaciones».
A pesar de estos desafíos, los españoles han triunfado en París, con un buen papel de los castellanomanchegos como la puertollanense Marta Francés, que fue plata, o Luis García Marquina, que quedó cuarto. Estos éxitos los ha vivido intesamente en París Alberto Jofre. Él sabe lo que cuesta, pues fue medallista en el 84. Ahora, después de tantos días de alegrías y tensión, se tomará unos días de descanso... y será en Liétor (Albacete), de donde es su familia.
¿Por qué España es tan potente en los Paralímpicos?
El handbiker taranconense García Marquina fue cuarto. - Foto: Comité Paralímpico EspañolLas comparaciones son odiosas, pero es que los paralímpicos han doblado en número de medallas a los olímpicos y han superado la mejor marca hasta la fecha, que no era la de Barcelona, sino la de Río. ¿Cuáles son las claves?
Empresas. El 90% del presupuesto del Comité Paralímpico sale de patrocinios de empresas. Este año se han equiparado los premios económicos por medallas a los Olímpicos y en parte ha sido por su contribución.
Cantera. Con federaciones y comunidades autónomas tienen el programa de Promesas Paralímpicas y han conseguido aumentar un 10% las licencias. Los que destacan pasan a los equipos de Promesas, como el de Triatlón de CaixaBank, Natación de Axa o Atletismo de Generali.
Plan ADOP. Da becas, pero también se facilitan equipos de médicos, nutricionistas, psicólogos, biomecánicos o fisioterapeutas.