Nada puede fallar. Los postes están bien sujetados al suelo, ubicados en fila paralela a sus homólogos y enumerados de principio a fin. Los tablones encajan en los huecos y los tornillos enroscados con fuerza para que apenas vibren con tanto jolgorio. Una revisión tras otra, tantas como sean necesarias como para asegurar su pleno funcionamiento. De esta forma, la Plaza Mayor empieza a prepararse para acoger a miles de personas durante la celebración de San Mateo, que se desarrollará del 18 al 21 de septiembre. El objetivo es que el corazón del Casco Histórico esté listo para primar la seguridad tanto de los que están delante como detrás de las famosas barreras, al tiempo que las vaquillas corren de arriba a abajo entre la multitud.
Los operarios del Ayuntamiento comenzaron las labores de seguridad el pasado lunes y concluirán los trabajos mañana. Álvaro Guijarro apunta que «siempre se instala todo el operativo con una semana de antelación a la celebración de San Mateo». Tras el festejo de Cuenca Histórica, «nos pusimos en marcha». Y es que hay mucho trabajo por delante hasta proteger toda la Plaza Mayor, la Anteplaza, las cuadras, la plaza Obispo Valero, el inicio de la ascendente cuesta de la calle San Pedro y también el comienzo de la calle Alfonso VIII a la altura de la confluencia con la calle Diego Moset de Valera. Los espacios están estudiados y existe un protocolo de actuación para que no hay que lamentar incidencias.
Guijarro explica que hay «dos barreras protectoras, una delante y otra detrás». Está prohibido convivir en el espacio que existe entre una y otra, ya que se «usa estrictamente para los corredores, que deben ser siempre personas mayores de edad». Para que esta sólida protección tenga resultado positivo, «es importante que la gente no se agolpe y se mantenga siempre por detrás de la segunda barrera». También «es fundamental no ocupar los espacios que se dejan para que los corredores puedan pasar y refugiarse». De nada sirve si se obstaculiza el paso. Todas las acciones están enfocadas en «primar la seguridad, que es lo más importante para todos».
Todo en su sitio - Foto: Manu ReinaEl estado de las barreras se «supervisa cada día de San Mateo para comprobar que ningún tornillo se ha desencajado o que todos los postes se mantienen en su sitio, entre otras acciones», apunta otro de los operarios, Arturo Saavedra. Y es que después de que cada jornada matea «es primordial ver que todo sigue estando en su sitio, porque nada pueda fallar durante estos días».
Pegamento. En este sentido, Arturo lamenta que «hay gente que se dedica a echar pegamento en los tornillos o a deteriorar la madera, cosa que no me explico». Es por ello por lo que «pido concienciación para que entre todos colaboremos en mantener el mobiliario urbano en perfecto estado, porque estamos hablando de unas barreras de seguridad fundamentales en esta celebración tan importante para todos los conquenses». Este operario incide en que «también hay carteles informativos que se han de cumplir a rajatabla».
En estas labores de instalar las barreras protectoras trabajan más de una docena de operarios. A esta hora tan solo faltan los últimos retoques para tener todo a punto. Durante la celebración de San Mateo también habrá un amplio dispositivo de seguridad para hacer primar la seguridad y recordar cómo se debe actuar con las barreras, así como para mantener oxigenado el espacio entre una y otra barrera.
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Los conquenses, y todos los visitantes, esperan ya con ilusión la celebración de esta festividad. Todavía restan unos días antes de escuchar el primer cohete, pero los ángeles de la guarda ya han hecho su trabajo para velar por la integridad de todos. Cabe recordar, además, que la seguridad de cada uno depende también de sí mismo y todo pasa por cumplir con las normas y tener un comportamiento cívico.