La undécima edición del Alfarero de Plata –un certamen de seriedad e importancia dentro de la temporada taurina– dio el pistoletazo de salida en el municipio toledano de Villaseca de la Sagra, un escaparate importante para los novilleros sin picadores. En la primera novillada del ciclo, trenzó el paseíllo el conquense Daniel Moset, quien mostró su capacidad y solvencia frente a un complicado novillo de Toros de San Román.
El joven novillero de Villar de Olalla se sobrepuso a un animal serio, que embestía con peligro, poca clase y nulas opciones de lucimiento.
Moset inició su trasteo por abajo, imponiéndose con mucho gusto, muy solvente y buscando las vueltas del novillo en todo momento. Había que estar en novillero con ganas e ímpetu y el conquense lo estuvo. Consiguió momentos de gran interés, de enorme mérito y firmeza delante de su oponente. Fue ovacionado, y eso es mucho premio, en una plaza conocida por su exigencia, rigor y seriedad de la temporada.