El servicio municipal de transporte urbano de la capital conquense no ha dejado de ganar adeptos en los últimos años, tras el duro golpe sufrido en pandemia, cuando los espacios públicos se convirtieron en lugares poco aconsejables por el riesgo de contagio y propagación del Covid.
De hecho, los autobuses urbanos han despedido el ejercicio 2024 con alrededor de 1.300.000 viajeros, 150.000 más que hace un año, lo que equivale a un incremento interanual del 13%.
Pero, por si fuera poco, no solo supera las cifras de prepandemia en un 15,1%, sino que, además, es el número de usuarios más elevado de la última década, según los datos oficiales facilitados a La Tribuna por el Ayuntamiento.

Asimismo, llama especialmente la atención que sea octubre el mes que más viajeros registró el pasado ejercicio, con 124.000.
Le siguieron abril, con 117.000; septiembre, con 111.000; noviembre, diciembre y mayo, con 110.000;febrero, marzo y junio, con 106.000; enero, con 101.000;julio, con 96.000; y agosto, en último lugar, con 92.000.
Balance. No es de extrañar, por lo tanto, que el concejal de Movilidad, Adrián Martínez, sea rotundo a la hora de afirmar que «el balance del año no puede ser otro que muy positivo», si bien aclara que «aún queda mucho camino por recorrer».
Para el edil, en esta recuperación del servicio no solo han contribuido las bonificaciones del Ministerio, que fueron complementadas por el propio Ayuntamiento, sino que, también, tienen mucho que decir los esfuerzos acometidos en dar a conocer el transporte público e implantar sistemas, como, por ejemplo, las lanzaderas al Casco Antiguo para evitar que se utilice el vehículo privado y dar prioridad al público. «Al final, todas estas medidas acaban sumando», subraya.
Pese a este aumento de los usuarios del autobús urbano registrado en los últimos años, Martínez no considera que haya «una mayor cultura» en este sentido entre los conquenses, sino que llega a señalar que «me atrevería a decir que lo están usando aquellas personas que realmente tienen la necesidad de este tipo de medio de transporte, por lo que ahora tenemos que llegar a esos otros ciudadanos que sientan la necesidad de usarlo para dejar a un lado su vehículo privado».
En este marco, se sitúa el rediseño del transporte urbano de la ciudad, que, según recuerda, «se comenzó a trabajar en prepandemia, pero la llegada del Covid trastocó los planes, hasta el punto de que la empresa entendió que no era el momento de la remodelación ante el descenso de viajeros a la mitad, por lo que retomó el proyecto y ahora se afronta la implantación de este nuevo servicio de transporte urbano».
En este sentido, Martínez considera que «la senda a seguir es mejorar y que cada vez haya más número de viajeros», si bien no cree que con la implantación del nuevo servicio los resultados se vayan a notar de inmediato, puesto que «estamos en una ciudad que es reacia al cambio».
Aun así, confía en que, «aunque nos va a costar adaptarnos a hacer un traslado, lo que probablemente se vaya a traducir en un descenso inicial de usuarios, pero poco a poco se irá recuperando usuarios».
Además, hay que tener en cuenta, a su juicio, que «si finalmente entra en vigor la zona de bajas emisiones, el transporte público se convertirá en la alternativa al vehículo privado».