Cuenca es bella. Es una ciudad puntera en el panorama turístico nacional gracias a una oferta única e inigualable. No solo por tres puntas de lanza como son la Catedral, el puente de San Pablo o las Casas Colgadas, sino también por su hoja de ruta por todos sus museos, las hoces del Júcar y Huécar, o por sus panorámicas vistas. Decir que es Patrimonio de la Humanidad habla por sí solo. Desde hace unos años es también un destino preferible para el creciente turismo de congreso, con una gran agenda.
Sus bondades no pasan desapercibidas tanto para el visitante nacional como internacional. Es ya habitual encontrarte cada día en la Plaza Mayor un trasiego de personas con mapas en manos, dípticos informativos y, por su puesto, cámaras de fotos, aunque también hay muchos que tiran directamente de móvil para inmortalizar su paso por esta increíble ciudad.
Hoy se conmemora el Día Mundial del Turismo y Cuenca acapara todas las miradas. Verónica Sikoramalach, natural de Polonia, resalta que «he viajado mucho por muchos países, pero nunca he visto nada como las Casas Colgadas». Esta joven, acompañada de su esposo, ensalza «las increíbles vistas que se disfrutan desde la zona del Castillo, con unas alturas que dan vertigo, pero que son maravillosas».
Belleza a cada paso - Foto: Reyes MartínezNo sorprende a nadie cuando Arlette Ramos, procedente de Brasil, afirma que «me gusta mucho todo lo que estoy viendo, especialmente la Catedral y las Casas Colgadas». Y es que la capital tiene mucho encantado. «Es pequeña, pero tiene muchas cosas bonitas que ver en un espacio reducido», subraya la francesa Gabrielle Lelievre. Esta joven, junto a su amiga, relata sorprendida que «hay muchos museos de distintas temáticas». «Es algo que no me esperaba», añade.
Parejas, matrimonios y grupos de amigos callejean por el Casco Antiguo con la ilusión de emprender un viaje mágico. También turistas que llegan solos, pero que regresan a casa enamorados. Tampoco faltan las familias, como la de Melson Shang. Junto a sus familiares, disfrutan de esta fantástica ciudad. «Es la primera vez que vengo y pasaremos todo el día aquí», apunta. Todos llevan cámara y el sonido de la capturación no deja de repetirse en apenas segundos de diferencia.
Evidentemente, también hay muchos turistas nacionales que aprovechan cualquier fecha para dejarse caer por aquí. El tinerfeño Roberto Castillo es uno de ellos. Este joven asegura que «me esperaba todo lo que estoy viendo porque antes de venir, revisé la información por internet». Ahora que lo ve en persona, «es una auténtica maravilla y todo es muy bonito».
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Cuenca sigue siendo una oportunidad única para todos aquellos viajeros que quieren vivir experiencias únicas. Y es que su oferta permite todo eso, y mucho más.