El 'nuevo' centro de Cuenca

Lucía Álvaro
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Tras numerosos proyectos en los que se ha reformulado el 'quid' de la movilidad en la almendra central, vecinos y comerciantes valoran el resultado de las mejoras acometidas ante la inminente entrada en vigor de la Zona de Bajas Emisiones.

El 'nuevo' centro de Cuenca - Foto: Reyes Martinez

La aventura de la ciudadanía es, quizá, la más arriesgada y noble de todas las que un ser humano puede emprender en su vida. En un intento de mejora y progreso, la peor de las enfermedades es, sin lugar a duda, la indiferencia. Es posible que sea ese espíritu inconformista, renegar de esa indiferencia con mayor o menor acierto y la promesa de la mejora la que ha llevado a Cuenca a buscar todas las posibilidades de reformular su callejero para conseguir una ciudad hecha a medida para las necesidades de sus ciudadanos, tratando de dinamizar los negocios locales y apostar por lo peatonal así como por la eliminación de los gases nocivos fruto de las emisiones de los vehículos. 

La arteria principal de la ciudad, la calle Carretería, pasó a convertirse en semipeatonal hace ya 12 años, allá por 2012, como una de las grandes apuestas de la administración de Juan Ávila. Aquel proyecto alumbró una calle en la que unos módulos de maderas de los montes de Cuenca hicieron las veces de prolongación del acerado y permitieron tanto la instalación de mobiliario urbano como de maceteros que embellecieran el entorno, además brindó a los negocios de hostelería de la zona la posibilidad de contar con terraza. 

Sin embargo y dado el fácil deterioro del material que se suponía un arreglo temporal hasta poder acometer una adecuación de la calzada para que quedara uniforme, el proyecto de peatonalización tuvo que modificarse nuevamente con la administración de Ángel Mariscal en 2016, tan solo dos años después de que se añadiera al proyecto inicial una zona infantil. 

 El 'nuevo' centro de Cuenca El 'nuevo' centro de Cuenca

Con una inversión que pivotaba en torno a los 160.000 euros, se retiraron los módulos de madera, se reasfaltó, se instaló un adoquinado que hiciera más regular el nexo de unión Cardenal Gil de Albornoz-Carretería-Sánchez Vera y se eliminaron algunos bordillos asegurando la zona de terrazas con la señalética horizontal pintada sobre la calzada. Aquella inversión, que tanto distaba de los dos millones de euros presupuestados con el inicio del proyecto de reurbanización, dejó aún en el aire la unificación completa de la calzada con la correspondiente mejora estética del centro de la ciudad y eliminar el uso simultáneo del espacio entre peatones, taxis y transporte urbano. 

En 2018, dos años más tarde, se realizó el traslado de la parada de taxis desde la zona del Parque San Julián, donde había sido reubicada anteriormente desde Carretería, hasta Avenida Castilla-La Mancha. Sin embargo, el sueño de una Carretería completamente liberada de tráfico no se materializó hasta el pasado diciembre de 2023, casi 7 años después, bajo la administración consistorial de Darío Dolz, actual alcalde de la ciudad. La desviación de las líneas de autobús urbano 1,2 ,5 y 6 que eran las únicas que todavía transitaban por Alonso Chirino y Carretería, así como el desvío del servicio de taxis por el Parque San Julián desdibujó de una vez por todas una peatonalización a medio gas en la que bicicletas, taxis, autobuses y peatones convivían en un terreno con reglas sin especificar con el riesgo que ello suponía.

Calle comercial. Carretería, que ha sido la vía comercial por excelencia, ha experimentado sustanciales cambios que han impactado de manera directa en los negocios, que dotan de vida y color esta vía. José Miguel Bermejo, presidente de la Asociación de Comercio, sostiene que «cada transformación se hace con la mejor intención, aunque es cierto que estamos en un momento en el que los establecimientos tradicionales han sufrido muchos varapalos». 

Bermejo hace una valoración positiva de la peatonalización por la atracción que supone como zona de paseo, acercando a los viandantes al comercio y hostelería de la zona. Uno de estos negocios locales para los que la peatonalización es una parte de su día a día es Solera, una marca de ropa casual y elegante para señora y caballero que aterrizó en esta calle hace seis años con el proyecto del nuevo centro ya iniciado. Diego Lumbreras, su gerente, comenta que como suele pasar en todas las cosas la reestructuración del centro tiene su lado positivo y negativo porque «con la peatonalización se ve mucho más el escaparate y hay más opciones de que la gente entre a la tienda, pero también está el problema del aparcamiento para aquellos que vienen en su coche desde otros puntos».

En contraposición, un comercio como Heras, que lleva trabajando la confección de caballero desde 1940 en el corazón de la ciudad, ha vivido todas las fases. Su propietario, Jesús Millán, apunta que desde el inicio fue de los que entendió que la peatonalización de Carretería era necesaria y debía llevarse a cabo, pero subraya la importancia de «hacer un estudio serio de cómo puede funcionar el centro de Cuenca y atraer a todo ese público que ya no viene».

El otro gran eje sobre el que pivota el proyecto de rehabilitación de la zona centro son los vecinos, representados en su asociación. Víctor Castillejo, presidente de esta entidad, comenta la importancia de planificar esa nueva visión a largo plazo y tomar las futuras decisiones con sentido respecto a lo que se tiene con factores como los problemas de aparcamiento o las distancias a los puntos de interés como el nuevo hospital. Castillejo señala que, para los vecinos, ese nuevo proyecto pasa por mejoras esenciales en aspectos como el servicio de transporte público.

El futuro del centro. Tras más de una década de transformaciones, el Consistorio trabaja para lanzar la medida estrella de la legislatura, una transformación integral que convierta Carretería en la zona peatonal, funcional y atractiva que los conquenses reclaman. En búsqueda de revitalizar y embellecer Carretería y su entorno, el Ayuntamiento proyecta la colocación de un adoquinado único ornamental que además de solucionar el problema de la calzada que sigue dividiendo gran parte de zona peatonal, sirva para generar un entorno por el que sea agradable pasear, rematado con la renovación del sistema de alumbrado en el que se sustituirán los actuales focos de luz por farolas de columna, que además de ser más eficientes proporcionan una iluminación más atractiva.

Es precisamente el actual alumbrado uno de los puntos en los que los comerciantes insisten como problemáticos, ya que tras el cierre de muchos negocios debido a factores como la pandemia, la inflación y la imposibilidad de competir contra las grandes superficies y el comercio online, Carretería y zonas adyacentes habían quedado «oscuras», tal y como comenta Lumbreras y en algunos momentos, especialmente cuando las horas de luz son menores, llegaban a resultar «inseguras para pasear», según destaca Millán. Junto a la iluminación y como parte de ese embellecimiento de la principal arteria de la ciudad, el ambicioso plan con el que el Consistorio pretende resolver de una vez por todas la cuestión de Carretería es prestar especial atención a la vegetación y el mobiliario público, creando una zona verde que además de resultar agradable y atractiva sirva como un pulmón verde más para la ciudad. 

La Asociación de Comercio presta especial atención a este proyecto de revitalización porque esperan que «se haga una fuerte inversión para convertir la zona en agradable y paseable, que es lo que interesa al comercio». Es precisamente en esa línea de colaboración entre los comerciantes y las instituciones para dinamizar la zona centro y su economía en la que Bermejo apunta que le gustaría que se recuperara en la medida de lo posible la concejalía de Comercio, que considera «vital» para mantener una comunicación constante con el sector. El presidente del sector entiende que «con una comunicación constante entre las administraciones y las empresas de la zona seguro que encontramos un entendimiento que sea positivo para todas las partes y que todas estas medidas resulten verdaderamente efectivas desde el punto de vista de movilidad, económico y ambiental».

Bajas emisiones. En esa línea de medidas ambientales se encuentra otra de las grandes novedades del centro de la capital, la zona de bajas emisiones (ZBE) con la que Cuenca estaría cumpliendo con las ordenanzas europeas. El texto fue aprobado inicialmente en el Pleno del pasado 28 de octubre y se encuentra actualmente en exposición pública de la ordenanza reguladora para la presentación de alegaciones y sugerencias. La ZBE ocupará un total de 170.000 metros cuadrados, donde residen más de 7.500 personas, tras su entrada en vigor el 1 de enero. Aunque las restricciones se aplicarán de manera progresiva las primeras reacciones no han tardado en llegar. 

Por su parte, Bermejo apunta a que «no es comparable la decisión de peatonalizar Carretería que se tomó hace más de diez años con la intención de revitalizar la zona centro, con las medidas tomadas en los últimos tiempos por parte de los servicios de tráfico del Ayuntamiento y la zona de bajas emisiones, que es básicamente cumplir una ordenanza europea». Los comerciantes, por su parte sostienen la importancia de crear más plazas de aparcamiento y creen que la zona de bajas emisiones puede afectar en cierto punto la afluencia de cierto público que vive en zonas más alejadas o incluso en pueblos y se desplaza en su vehículo privado, pero apuntan hacia la prudencia sosteniendo que tardarán meses en ver el impacto tras la entrada en vigor la ZBE. 

Los vecinos de la zona han presentado a través de su asociación una serie de alegaciones sobre la ordenanza reguladora, entre las que destacan como líneas principales la falta de aparcamiento y la inexistencia de una zona verde, la falta de coherencia con otras políticas como la lejanía de los vecinos respecto a servicios básicos como el nuevo hospital y la falta de comunicación que consideran que ha habido entre los residentes de la zona centro y las instituciones responsables.

Con multitud de iniciativas sobre la mesa, la zona centro es el nuevo foco de inversión, con el que todos los conquenses, instituciones, hosteleros y comerciantes persiguen un mismo objetivo: que la calle más emblemática de la zona centro acabe por convertirse en un espacio más agradable, atractivo y habitable que dinamice la economía de la ciudad.