Es hablar de bellas artes y la felicidad invade su rostro. No puede disimularlo, pero tampoco es su intención. Ama el arte y la pintura por encima de todo. El lienzo y los pinceles siempre han sido sus juguetes preferidos. Ahora bien, tenía una «cuenta pendiente» desde muy pequeño y a su vejez, con un mérito extraordinario, ha dado el paso que siempre ha soñado. Jesús Ángel Ocaña, desde hace apenas unos días, es nuevo alumno de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Castilla-La Mancha.
A sus 67 años nadie le ha regalado nada. Tras jubilarse, armado de valentía y energía, decidió hincar los codos para formarse en aquello que siempre ha anhelado. Tras «todo un año de estudio», después de muchas horas de clases virtuales y presenciales, superó la prueba de acceso a la Universidad el pasado mes de junio y, tras obtener un 6,5 de media en la calificación final, tiene ahora su propio pupitre en la famosa facultad. Se lo ha ganado a pulso, como el resto de sus compañeros. «Es una satisfacción enorme», subraya. También es una de las experiencias «más bonitas» que va a vivir. Evidentemente, le han llovido «muchas felicitaciones».
Las primeras sensaciones son «muy positivas» porque, en primer lugar, «los alumnos me han acogido de maravilla». «Estoy muy ilusionado y agradecido por ello», añade. Espera aprender mucho de ellos, «aunque tengo que decir que parecen mis nietos», bromea. Con ellos compartirá aula e incluso hará equipo para entregar trabajos grupales. También tiene palabras muy bonitas a la hora de hablar de la Facultad de Bellas Artes. Es una institución académica que «está muy bien equipada, con muchísimos materiales y unas salas muy grandes». Los halagos se extienden, además, hacia el profesorado, «que me están ayudando mucho».
La edad es solo un número - Foto: Reyes Martínez«Complicado». No obstante, confiesa que «me esperaba que iba a ser más fácil la carrera». En estas primeras semanas ha comprobado que «es complicado». Pero eso no indica que vaya a arrojar la toalla, «ni mucho menos». «Tampoco tengo prisas en sacarme la carrera, como si tardo 10 años, ya que quiero ir poco a poco». El único propósito es que, «tarde o temprano», consiga «obtener mi diploma de graduado en Bellas Artes».
Está en Primero B y cumple a rajatabla el calendario, de lunes a jueves. Compagina clases en horario de mañana y tarde, según marque la agenda. Jesús Ángel reconoce que pintura, escultura, historia del arte, dibujo o teoría y crítica de arte contemporáneo son asignaturas que «me gustan». Sin embargo, no tiene tanto entusiasmo por las materias que incluyen las nuevas tecnologías, «porque es algo que no manejo muy bien». Tampoco es algo que le eche para atrás. Tiene claro que va a superar todas las barreras, hasta la digital.
Hasta la fecha tiene todo controlado, aunque ya ha sufrido su primer traspié. Este conquense narra que se ha llevado el primer «chasco» cuando la primera escultura que estaba haciendo en clase se derrumbó. «He tenido que empezar de nuevo, algo que me fastidió bastante», explica. También bromea, entre carcajadas, que ahora sus hijos «serán quienes me firmen las notas a mí» y apunta que su mujer le ha recordado que «tengo que traerme un bollycao a clase».
La edad es solo un número - Foto: Reyes MartínezJesús Ángel Ocaña siempre ha querido formarse en la rama de Bellas Artes. Sin embargo, en el pasado siglo, y también en este, «ser pintor no permitía vivir de ello, solo unos elegidos, y yo necesitaba dar de comer a mis tres hijos». Eso hizo que se decantara por estudiar dos oposiciones. También las aprobó, tanto para el Banco Exterior de España como para el Instituto Nacional de Estadística. Optó por la segunda, «porque es la que más me convenció». Una decisión que le llevó a trabajar para esta institución durante 42 años. «He hecho muchas encuestas por los pueblos de la provincia», apunta.
Tenía un puesto estable y esa posición le permitía dar rienda suelta a todo su talento en sus ratos libres e incluso abrió su propio estudio, junto a su mujer. Desde «los 15 años no he parado de pintar», hasta el punto de ser un especialista en estampación de grabado y grabador, además de ser especialista de estampación de serigrafía y serígrafo.
Este paso le honra y le convierte en un ejemplo a seguir para cualquier persona que quiera perseguir sus sueños. Nunca es tarde y la edad es solo un número. Jesús Ángel Ocaña emprende ahora una maravillosa etapa y no hay duda de que en unos años lanzará con orgullo el birrete.
La edad es solo un número - Foto: Reyes MartínezToda una vida con vínculos con el arte. Este conquense ha dedicado gran parte de su vida a realizar encuestas en los pueblos de la provincia para el Instituto Nacional de Estadística, una institución para la que ha trabajado durante 42 años. Sin embargo, Jesús Ángel Ocaña, desde los 15 años, siempre ha aprovechado las tardes, fines de semana y huecos libres para dar rienda suelta a todo su talento. Las paredes de su hogar muestran 140 cuadros, de muchos autores, pero también tiene 400 lienzos pintados por él mismo, además de 1.000 dibujos en papel elaborado a mano, 3.500 serigrafías y unos 500 grabados. En su carrera también ha trabajado durante una década para el artista Bonifacio Alfonso.
Nota. Jesús Ángel Ocaña, después de «todo un año de estudio», superó con creces la prueba de acceso a la Universidad en el pasado mes de junio tras aprobar con nota tanto el examen de comentario de texto como el de lengua castellana. En el primero obtuvo un 7 y en el segundo, un 6. Unas calificaciones que le permitieron sacar un 6,5 de media y, por tanto, una plaza en el nuevo curso académico de la Facultad de Bellas Artes del campus conquenses de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Este jubilado conquense compaginó su formación tanto con clases online en la propia UCLM como con horas lectivas de manera presencial en el CEPA Lucas Aguirre.