El Incibe detecta un 40% más de dispositivos vulnerables

Miguel A. Ramón
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El Instituto Nacional de Ciberseguridad cifra en 11.604 los puntos de acceso a internet comprometidos el pasado ejercicio, 3.314 más que un año antes, lo que presenta la mayor subida porcentual de la región

Los ataques informáticos a empresas y ciudadanos están al orden del día y en los últimos años han experimentado un ascenso exponencial. - Foto: Rosa Blanco

La ciberseguridad se ha convertido hoy en día en toda una necesidad imperante en la actual sociedad, donde la tecnología inunda todos y cada uno de sus rincones, al tiempo que la ciberdelincuencia crece a niveles increíbles y alcanza tanto a empresas como a ciudadanos. 

Basta con echar un vistazo al último informe de criminalidad del Ministerio del Interior correspondiente al ejercicio 2023, que arroja en Cuenca capital, por ejemplo, un incremento interanual del 6,8%, especialmente por el avance de la ciberdelincuencia, que aumentó un 11,4%, sobre todo al dispararse las estafas informáticas un 17% hasta llegar a las 607 infracciones penales.

Ascenso de este tipo de delitos que constata el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), dependiente del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, en su informe de 2023, hecho público esta misma semana, en el que indica que gestionó en todo el país un total de 83.517 incidentes de ciberseguridad, un 24% más que hace un año, de los cuales más de 58.000 afectaron a la ciudadanía y los más de 22.000 restantes a empresas.

Los ataques informáticos a empresas y ciudadanos están al orden del día y en los últimos años han experimentado un ascenso exponencial.Los ataques informáticos a empresas y ciudadanos están al orden del día y en los últimos años han experimentado un ascenso exponencial. - Foto: Rosa Blanco

Vulnerabilidad. Pero junto a los incidentes de ciberseguridad, en este informe también se recoge el número de dispositivos vulnerables, es decir, puntos de conexión a internet que ha detectado como potencialmente expuestos, comprometidos o vulnerables, bien por estar afectados por algún software malicioso, mal configurados o expuestos en la red de redes de forma no deseada. 

Dispositivos éstos que en el caso de la provincia de Cuenca han superado los 11.600 en 2023, concretamente, 11.604, un 40 por ciento más que al término del  ejercicio anterior, al haberse contabilizado nada más y nada menos que 3.314 más.

Con este incremento interanual, Cuenca lidera el ranking regional, seguida por el crecimiento del 38,5% de Guadalajara hasta alcanzar los 19.132 dispositivos, seguidas de Albacete, con un 33,6% y 23.806; Toledo, con un 2,3% y 52.548; y Ciudad Real, con una subida del 1,4% y 24.983 puntos de acceso comprometidos.

Los ataques informáticos a empresas y ciudadanos están al orden del día y en los últimos años han experimentado un ascenso exponencial.Los ataques informáticos a empresas y ciudadanos están al orden del día y en los últimos años han experimentado un ascenso exponencial. - Foto: Reyes Martínez

Man-in-the-Midle y ransomware son los ataques informáticos más comunes que sufren las empresas conquenses, tal y como confirma a La Tribuna el experto en ciberseguridad y director de Seguridad de Cyrasa, José Santiago Macharal, quien precisa que el «exceso de confianza» suele estar detrás de estas brechas de seguridad, que ponen en peligro los datos de las empresas y sus cuentas.

Y es que «cada vez son más sofisticados los ciberdelincuentes, lo que hace necesario extremar al máximo las precauciones», afirma. Algo que, a su juicio, también tienen que aplicarse los conquenses, que sufren  sobre todo estafas informáticas relacionadas con el comercio electrónico en épocas de mucho consumo, como Navidad, Black Friday, etc., y con la suplantación de bancos y organismos como la Agencia Tributaria.

Formación fundamental. Para el director de Seguridad de la empresa conquense Cyrasa, la formación se antoja básica en la lucha contra la ciberdelincuencia, hasta el punto de asegurar que «si estuviésemos formados desde los inicios de nuestra etapa educativa y, después, en nuestro ámbito laboral, se reduciría, y mucho, la cibercriminalidad».

Y es que la realidad actual es que, en su opinión, «hay mucho desconocimiento en torno a la ciberseguridad, porque somos muy confiados, a pesar de que la gente cada vez está más concienciada de este peligro, pero está claro que no lo suficiente», recalca.

Algo que queda más que patente, a su juicio, si se echa un vistazo al desmesurado aumento de las estafas informáticas y otros ciberdelitos; en definitiva, al crecimiento exponencial de la cibercriminalidad desde hace ya unos cuantos años. Y eso, resalta, que «no se denuncia un buen número de ciberdelitos, a veces por vergüenza al afectar al honor de la víctima, y otras por tratarse de pequeñas cantidades de dinero, que, sin embargo, al sumarlas todas ellas, les sale a cuenta a los ciberdelincuentes».

Por todo ello, insiste en la necesidad de la formación generalizada en ciberseguridad, porque, según dice, no hay que olvidar que los ciberdelincuentes evolucionan con la tecnología y «cada vez son más ingeniosos».