El Ayuntamiento de la capital ha declarado en estado de «ruina física inminente» el edificio de la Fundación Sánchez, ubicado en el número 41 de la calle Tintes de la capital, y ha decretado la orden de demolición inmediata para «salvaguardar la integridad física de las personas». Un decreto de Alcaldía con fecha del sábado, 23 de noviembre, que se ha ratificado hoy, en reunión extraordinaria, por la Junta de Gobierno Local.
Un asunto que se ha puesto sobre la mesa en la recta final del Pleno ordinario de este lunes, cuando se disponían a debatir la última moción, la presentada por Vox, precisamente, para pedir al Ayuntamiento que expropiara y derribara dicho inmueble ante el riesgo de colapso.
En consecuencia, Vox ha retirado la moción, lo que ha dado paso a una dación de cuentas, por parte del alcalde, Darío Dolz, y el concejal de Urbanismo, Adrián Martínez, sobre las gestiones acometidas en los últimos días en torno a este inmueble.
Así, Martínez ha explicado que en dicho decreto de Alcaldía, además de ordenar el derribo del edificio, se instaba a «conservar durante las obras de demolición aquellos elementos de la fachada susceptibles de desmontaje sin riesgo para los operarios, como, la rejería de los balcones». Al tiempo que ha recalcado la «inmediatez» de las tareas de derribo, que darían comienzo hoy mismo «al haber constatado la existencia de amianto».
Largo proceso. Dicho decreto es el resultado, según ha precisado, de un largo proceso administrativo, que se iniciaba hace más de cinco años, desde que el 13 de julio de 2018 se declaraba la situación de ruina del inmueble a los propietarios. Trámites que han llevado, asimismo, la imposición de siete multas coercitivas hasta el momento, tras la orden de la rehabilitación completa del edificio o la demolición del mismo, pero que no han surtido el efecto esperado.
Acciones que se suman a las diversas inspecciones e informes del Servicio de Patrimonio del Gobierno regional y que tampoco han desembocado en la solución del problema.
El edil de Urbanismo ha detallado que la última intervención ha consistido en una inspección el pasado viernes, por parte de los Servicios Municipales de Disciplina Urbanística y de Bomberos, en la que, según ha resaltado, se constató la «ruina inminente».
Y es que en dicho informe se habla de «grietas en cargaderos y jambas de puertas de acceso, desprendimientos generalizados de la fachada, el deficiente sistema de recogida de aguas pluviales y la proliferación de vegetación en los cerramientos», lo que contribuye a «acelerar las patologías existentes».
Por todo ello, el Consistorio va a acometer de inmediato la demolición del inmueble, cuyos costes serán asumidos en primer término por las arcas municipales, pero que deberán ser sufragados finalmente por los propietarios del edificio, que son «los que tienen obligación de mantenerlo en condiciones», ha matizado Martínez.
Además, ha aclarado que la demolición supondrá el corte del tráfico en la calle Fray Luis de León y su derivación por la calle Doctor Galíndez.
De esta manera, se afronta la recta final de este asunto, después de prolongarse durante tantos años.