Una llamada anónima de una compañía de la luz o de un falso operador de un banco que se hace pasar por asesor para obtener datos sensibles. Un mensaje en el correo electrónico de la Agencia Tributaria en el que piden información económica o personal. Un SMS o correo electrónico de la Dirección General de Tráfico en la que se reclama una supuesta multa pendiente. 

Son varios ejemplos de los numerosos ciberdelitos que cada día se cometen en España y que ponen en jaque a las víctimas y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. No es para menos, porque sólo en Cuenca, los 293 delitos de cibercriminalidad cometidos en la capital entre enero y junio superan a los hurtos, que ascienden a 220. De esos 239 ciberdelitos, 210 tenían que ver con estafas informáticas. Sólo las 546 infracciones de la llamada criminalidad convencional superan a la cibercriminalidad.

No obstante, según el Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior más reciente, los ciberdelitos han bajado en la ciudad un 23,4% respecto al mismo periodo de 2023. Sin embargo, ponerle puertas a los estafadores es casi imposible porque los ciberdelincuentes no conocen límites. De hecho, los ciberdelitos son los que más subieron en España en 2023 hasta el punto de que representan casi un 20% de todas las infracciones penales que se cometieron el año pasado. 

«Cuenca es una ciudad muy segura y las denuncias por delitos de estafas en internet se han disparado en toda España, pero no hemos notado esa diferencia tan grande como en otras ciudades y, de hecho, este año han bajado los delitos denunciados», afirma a La Tribuna el inspector Joaquín Duque, jefe de Policía Judicial.  Lo que es evidente es que los vecinos de Cuenca no son ajenos al fenómeno de la cibercriminalidad. Las estafas llegan a todos los lugares, pero las grandes organizaciones están en las grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla, e incluso en el extranjero. Eso obliga a los agentes a implementar la formación «porque las nuevas tecnologías avanzan a un ritmo vertiginoso y necesitamos formación para combatirlos».

Los ciberdelitos que más detecta la Policía en Cuenca, y con más denuncias, son los relativos al envío de considerables cantidades de correos fraudulentos a través de los distintos dispositivos. Hay varias modalidades con llamativos nombres en inglés y que cada vez son más familiares para el gran público. Se trata de Phising, Smishing o Vishing. Precisamente, este último, el Vishing, se ha detectado mucho en Cuenca, en especial durante el año pasado. Es un delito en el que los estafadores usan llamadas telefónicas en las que se hacen pasar con cualquier empresa o institución pública para ganarse la confianza de la víctima con cualquier fin. Según Joaquín Duque, este año han bajado los casos de Vishing, entre otras cosas, porque «las entidades financieras están haciendo mucha publicidad para combatir ese delito».

Además, se han detectado numerosas estafas en las compras on line. Muchos ciberdelicuentes crean páginas web falsas con precios atractivos para vender cualquier tipo de material. Dentro de este capítulo también se detectaron en Cuenca estafas en ventas entre particulares.

Pilotos de EEUU... Las estafas románticas tampoco han faltado. La víctima suele ser una mujer que, a través de páginas de citas conoce a una persona, supuestamente con perfil de varón, que se hace pasar por pilotos de EEUU, empresas petrolíferas o de hospitales que embaucan a la víctima tras establecer un vínculo afectivo con el fin de conseguir dinero.

Otras de las estafas habituales en la capital es la del mensaje de WhatsApp del hijo en apuros. Consiste, precisamente, en intentar manipular a la víctima, haciéndole creer que un familiar cercano necesita dinero. «Nosotros, desde la Policía, aconsejamos que haya una palabra clave entre los familiares», explica Duque.

Otros casos denunciados tienen que ver con estafas de alquileres vacacionales en zonas de costa. Incluso, hace poco se detuvo en Cuenca a personas que ofrecían este tipo de viviendas. Hay otro tipo de estafa, que afecta principalmente a empresas, que es el denominado Man in the middle, un ataque en el que alguien intercepta la comunicación entre dos dispositivos conectados en la red. 

No son los únicos tipos de ciberdelitos que afectan a los conquenses, pero sí los que más proliferan bien a través de internet o por teléfono. La investigación de ciberestafas no es fácil, pero la Policía tiene entre sus líneas de investigación seguir la trazabilidad del dinero, rastrear la dirección IP de los dispositivos y la información que facilitan todas las plataformas de comercio electrónico sobre los pagos con tarjeta. 

Cómo evitar las ciberestafas?

No 'clickear' o borrar los mensajes de envíos masivos.

Comprar en páginas seguras, que en la URL ya tengan la indicación con el icono del candado.

Transferencias. Hay que tener cuidado y comprobarlas, sobre todo que sean a cuentas corrientes españolas.

Documentación. No mandar el DNI porque con los datos pueden abrir cuentas en cualquier lugar y suplantar personalidad.

Protección. Los dispositivos tienen que estar protegidos del malware y con antivirus.

Claves. No hay que revelarlas ni mandarlas nunca. Desconfiar de las llamadas y no dar números de cuentas ni información personal.

Contraseñas. Tienen que ser seguras y conviene cambiarlas con cierta frecuencia.