La medicina y la tecnología «tienen que ir de la mano». Es «impensable» concebirlo de forma diferente. De hecho, la combinación entre ambas ramas permite ofrecer al paciente el mejor diagnóstico y tratamiento sanitario posible. Esta es una de las reflexiones, entre otras, con la que se implantó hace un año el grado de Ingeniería Biomédica en el campus universitario de Cuenca de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Es una titulación que solo se imparte aquí de toda la oferta de la institución académica pública regional.
El coordinador del grado, Roberto Zangróniz, explica que «es una carrera que intenta suplir algunas necesidades que tiene el mundo sanitario», partiendo de la base de que «la mayoría de los procedimientos sanitarios requiere de tecnología», como se puede constatar en pruebas de diagnóstico, tratamientos e incluso en la rehabilitación del paciente.
El grado de Ingeniería Biomédica acoge actualmente con un centenar de alumnos, agrupados en primer y segundo curso. En los años venideros se completarán los cuatro que contempla el plan de estudio con 240 créditos por delante. En esta titulación, los universitarios son conscientes de que combinan ingeniería y medicina. Necesitan «saber, conocer y entender las necesidades de los médicos», por eso se imparten asignaturas como biología, bioquímica o patología, entre muchas otras. Pero, además, deben identificar «cuáles son las enfermedades y cómo pueden darles soluciones», por lo que también estudian matemática, física o electrónica, entre otras asignaturas. Y es que son profesionales que «deben gestionar, desarrollar, mantener, adquirir e implantar la tecnología en los hospitales», recalca Roberto Zangróniz. El coordinador del grado de Ingeniería Biomédica busca «formar profesionales que no solo sean capaces de manejar la tecnología, sino en un futuro, quizás, sean capaces de crear una nueva, modificarla y hacer que, tratamientos que ahora no sean posibles, lo sean en un futuro».
La salud del futuro - Foto: Reyes MartínezLos primeros alumnos del grado persiguen el sueño de ser ingenieros biomédicos el día de mañana. Zaira García, natural de Talavera de la Reina, explica que decidió decantarse por esta titulación porque «me gusta mucho la medicina, pero también el ámbito de las matemáticas y las físicas». Eso hizo que encontrara en Ingeniería Biomédica su futuro profesional. Por su parte, su compañera, Inés Cuesta, reconoce que «Es una titulación que tiene su complejidad, pero si lo llevas al día puedes aprobarla con normalidad». Ambas están en primero y en estas semanas confirman que «no nos hemos equivocado de carrera». Combinan teoría con mucha práctica y todavía les quedan muchas experiencias por el camino.
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Esta formación universitaria de «futuro» ha marcado un antes y un después en la oferta académica conquense. Es un «hito, porque hace 25 años que no venían carreras técnicas a Cuenca», recalca Roberto Zangróniz. Además, el día de mañana, la capital será la cuna de los mejores ingenieros biomédicos de España