El Conquense afronta mañana (19 horas) uno de los partidos más importantes de su historia porque tiene la oportunidad de firmar el ascenso a Segunda RFEF si consigue batir al CD Tarancón en La Fuensanta. El equipo lo tiene en la mano, ya que cuenta con diez puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, el Cazalegas, cuando tan solo faltan por disputarse cuatro jornadas. De hecho, la Balompédica podría ascender incluso si pierde el derbi y su inmediato perseguidor no consigue el triunfo en su partido. Pero no cabe duda de que la ilusión sería mayor si se consigue este hito deportivo mañana en la ciudad y ante los aficionados conquenses.
El técnico de la Balompédica, Rober Gutiérrez, explica que es «el fruto del trabajo bien hecho de muchos años y muchos profesionales». Está claro que «queda el último escalón». «Lo tenemos cerca, pero no hay nada hecho», apunta. Además, el entrenador almeriense insiste en que «tenemos que salir con la misma mentalidad competitiva con la que hemos salido en cada partido de la temporada».
Así, La Fuensanta acoge el partido entre el mejor local y el mejor visitante. Es un duelo con las espadas por todo lo alto con dos conjuntos que «no especulan y que les gusta mucho atacar». Rober Gutiérrez se deshace en elogios a la hora de hablar del Tarancón porque es un «equipo que me gusta mucho, presiona bien, sabe tratar el balón y es muy versátil». «Es un equipazo muy bien trabajado», añade.
Y es que el Rober Gutiérrez no se fía del Tarancón. De hecho, el último precedente no es positivo porque el último partido que perdió el Conquense en La Fuensanta fue hace un año y medio, precisamente ante la escuadra taranconera. Es, por tanto, una oportunidad nueva para rendir cuentas. La Balompédica tiene que mostrar su gran versión e intentar sumar los tres puntos para cantar el alirón y hacer estallar de júbilo a toda la ciudad.
Llamamiento. El club ha «hecho todo lo posible para que haya una buena entrada» a través de un llamamiento masivo. Ha lanzado precios muy económicos para las entradas. El técnico muestra su confianza de que la «gente de Cuenca va a responder porque son muchos años sufriendo». Ahora, «estamos ante una oportunidad única y maravillosa para que la ciudad disfrute de su equipo». La previsión es que el estadio pueda albergar a dos o tres millares de aficionados, generando un ambiente futbolero inmaculado.
La motivación en los jugadores no es necesaria, porque una cita de esta trascendencia enchufa a cualquiera. Es cierto que es bueno rebajar la euforia porque hay que encarar el choque con mucha seriedad y siendo consciente de que el Tarancón llegará a la capital con ganas de aguar la fiesta y agostar sus últimas opciones de meterse en el play off de ascenso. Para este partido, el técnico almeriense tiene a disposición a todos sus jugadores, por lo que la situación es idílica para rematar «una campaña de matrícula de honor».