Ataraf asiste a un encuentro nacional por el Día sin Alcohol

Álvaro Fernández
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Alrededor de veinte miembros de la asociación acudirán a la localidad toledana de Illescas para una jornada de convivencia, donde se pretende hacer ver que existe el ocio saludable

Miembros de Ataraf durante uno de sus viajes a jornadas de concienciación. - Foto: D.G.

Algo normalizado en nuestra sociedad, sobre todo entre los más jóvenes, es el consumo de alcohol, por lo general de manera social, pero cuando ese hábito de fines de semana se convierte en algo frecuente y se adhiere a un consumo diario, se convierte en enfermedad. Por ello, existen colectivos como la Asociación Taranconera de Adictos en Rehabilitación y Familiares, Ataraf, que ayuda a estas personas a salir del pozo donde se han metido y lo hace con apoyo y comprensión.

Hoy se celebra el Día Mundial Sin Alcohol y Ataraf, en palabras de su presidente, David García-Prieto, hace un balance sobre los pasos que está dando la asociación dentro de la sociedad. «La finalidad de toda reunión es poner nombre y apellidos a la enfermedad, no somos alcohólicos anónimos», explica, a la vez que valora los esfuerzos que se están haciendo desde la asociación y los grandes avances. «Este año hemos tenido atención de una psicóloga profesional de forma ininterrumpida, igual que la trabajadora social», explica.  

Ataraf «ha conseguido juntar en sus reuniones a 60 familias con un crecimiento de 28 en lo que llevamos de año, quienes empiezan un camino largo hacia la rehabilitación», aunque García-Prieto asegura que «ojalá no fueran necesarias, pero hay que estar siempre ahí».  

Para este evento, se ha previsto un encuentro nacional en la localidad toledana de Illescas, y Ataraf acudirá a la cita. «Iremos alrededor de 20 miembros, los que nos solemos desplazar a los eventos últimamente», aclara el presidente. Un evento que contará con asociaciones de muchas partes del país, donde se harán ponencias sobre el consumo del alcohol y sus inconvenientes a corto y largo plazo. «Queremos hacer ver que existe el ocio saludable y se puede convivir y hacer actividades sin alcohol», sentencia García-Prieto, quien deja claro que una rehabilitación «no es solo dejar de beber, sino que emplea muchos sacrificios para el usuario y también para su familia».