El destino es el mago que nos lleva por senderos de la vida que jamás pensamos recorrer. Tras una vida dedicada a trabajar en una imprenta, Mariano Collado decidió darle una segunda oportunidad a algunos lienzos dañados que tenía por la tienda. Comenzó así una afición que hoy le hace ser el protagonista de esta contraportada. De la nada, su habilidad en la pintura comenzó a florecer. «Al principio intentaba imitar el estilo de Emiliano Lozano, hasta que encontré mi sello estilo», dice.
Lo que comenzó siendo una afición esporádica, en la pandemia se convirtió en una manera de soportar la tediosa cuarentena. Mariano dejó volar su imaginación y le dio rienda suelta a su creatividad. De su mano comenzaron a brotar obras. Según explica, «me inspiraba en un estilo que me gustaba mucho, el del artista taranconero Emiliano Lozano. Su forma de pintar o cómo sabía captar la esencia de su pueblo... Es todo un referente para mí». Dibujo tras dibujo, Mariano fue encontrando una afición en la que aún continúa inmerso.
Gran parte de la inspiración que mueve su pincel no es otra que captar la belleza histórica y social de los rincones más pintorescos de Tarancón y su comarca. «Tengo una inquietud histórica y etnográfica y se puede ver reflejado en mis obras», afirma este artista. Involucrado en la actividad cultural y folklórica de la ciudad, Mariano conoce bien los diferentes rincones y las historias que cada uno esconde. «Para pintar, me baso en antiguas fotografías, recuerdos e incluso utilizo algunas imágenes que se usaron en los diferentes programas de fiestas ya que me gusta coleccionarlos; intento reflejar el paso del tiempo y como han cambiado las cosas», argumenta.
Esta pintura de Mariano Collado fue realizada en 2023 y muestra un ‘lugar emblemático’ al que denominó como ‘Estrenando el Quiosquillo - Foto: EGGEl arte está para compartirlo y más si parte de la riqueza que contiene emana de la etnografía de un pueblo. Es por ello que a pesar de que, por el momento, Collado no tiene un museo, hace uso de la capacidad de difusión de las nuevas tecnologías. Él mismo explica que «mis amigos y familia me animaron a mostrar mis piezas. Un buen amigo, más acostumbrado a las redes sociales, me explicó cómo podía utilizarlas». Comenzó así la costumbre de subir todos los jueves una imagen de uno de sus cuadros a Facebook. Su primera publicación fue en agosto de 2020. Junto con cada imagen, adjunta un título que describe el lugar recreado, además de algún apunte histórico o alguna anécdota.
A día de hoy, acumula entre sus pertenencias cientos de piezas dedicadas no solo a Tarancón, «pero la imagen de, por ejemplo una manzana, no tiene historia, no hay mucho que contar, así que ese tipo de piezas no las subo y me las quedo para mí», explica. En cuanto a las que sí comparte, suma hoy por hoy centenares de publicaciones que tienen una muy buena acogida entre los taranconeros. «Muchos reconocen las localizaciones de mis cuadros y me las piden porque tienen un significado especial para ellos». Actualmente, son tres las categorías en las que Collado clasifica sus trabajos: rincones, establecimientos con solera y lugares emblemáticos.
Un ejemplo de la labor de este taranconero es el cuadro englobado en la categoría de 'lugares emblemáticos' al que denominó como Estrenando el Quiosquillo. «No pongo fecha concreta a esta imagen, pero la podemos situar a finales de la década de los cuarenta. Se estaba terminando de construir el Quiosco de la música o Templete. Aún no se habían colocado esas barandillas de madera que lo rodeaban junto a unos postes altos que terminaban en forma de lira con una bombilla en el centro. ¿Lo recordáis?». Así presenta esta pintura en la que describe la ubicación, la utilidad del lugar, la sociedad de la época y muchos otros detalles curiosos sobre la historia de este quiosco.
Mariano Collado continúa con su labor de divulgación sobre su ciudad, su cultura y sus costumbres. En su peculiar e innovador método de compartir sus conocimientos y anécdotas, asegura, «me gusta que las nuevas generaciones conozcan sus orígenes, de dónde vienen y que generaciones como la mía recuerden otras épocas». Con más de un centenar de obras atesoradas, Mariano todavía tiene carrete, memoria y anécdotas para muchos más rincones.