La rasca de los últimos días obliga a sacar del armario cualquier tipo de vestimenta que ayude a amortiguar el frío. Es el momento de tirar de jerséis, sudaderas e incluso chaquetas de cierto grosor, porque la bajada de temperaturas inquietan de lo lindo. Quizás sea aún pronto, pero nunca viene mal tener a mano la bufanda o el gorro, o saber a ciencia cierta donde están guardados por si las moscas. Y es que los termómetros empiezan a registrar temperaturas bajas, que son un claro aviso de que uno tiene que ir bien abrigado cuando sale de casa. Lo que está claro es que el frío mueve hilos. El pasado martes se registró la primera helada de la temporada, cuando los termómetros marcaron 0,0 grados centígrados. Este año llegó con normalidad, a diferencia de la anterior, cuando hubo que esperar hasta el 6 de enero para tener una temperatura por debajo de cero, que es el margen que se usa para declarar una helada como tal.
Hay quienes tienen un gran fondo de armario para hacer frente a las jornadas gélidas. Pero otros deciden acudir a las tiendas para reforzar su vestuario. Para atender a todos los interesados, el sector del textil y las tiendas llevan trabajando desde hace semanas para que no falte de nada. El propietario de Solera, Diego Lumbreras, explica que «en septiembre ya tenía todo colocado y organizado» y detalla que, «en las últimas semanas, se está notando movimiento en la gente que viene en busca de ropa para combatir el frío y el viento».
Lumbreras, que confía en tener una campaña, «como mínimo, igual de buena como el año pasado», concreta que «las ventas crecerán a partir de finales de noviembre y se mantendrán hasta finales de enero con la venta de todo tipo de sudaderas, jerséis y chaquetas». Este tipo de tiendas, que pone ropa a la venta, confía mucho en los meses de invierno que es donde, teóricamente, los termómetros se desploman.
De hecho, la campaña de Navidad «es una gran oportunidad para nosotros donde tenemos un alto volumen de venta». El resto de meses es un «goteo», pero esa franja navideña «es muy importante». Además, Diego manifiesta que el cliente suele pedir «todo tipo de ropa, aunque es la chaqueta lo que más se vende». Y, en estos casos, «es importante saber que hay tipos de ropa que luego se quedan sin talla porque se ha vendido todo».
Por su parte, el propietario de Heras, Jesús Millán, es menos optimista y recalca que la temporada «va floja porque el comercio es un claro reflejo de la ciudad y la provincia, que cada vez está peor». Este vendedor de ropa espera que la campaña de venta se note «a partir de finales de diciembre», pero incide que «hay mucha gente que aguanta con la vestimenta de años anteriores o directamente adquiere la ropa por internet, porque cada vez pasa menos gente por la calle».
Jesús Millán, que incide que el producto estrella es el pantalón de pana, espera remontar el vuelo, aunque tiene serias dudas de que así sea. «Al menos que sean unas navidades buenas», confiesa. También recuerda que «dependemos mucho del temporal y es que miramos al cielo más que los labradores». Es una cuestión de lógica, porque cuando el frío retrasa su llegada, las ventas se resienten. De hecho, los meses de septiembre y octubre han sido «testimoniales», tal y como manifiesta este propietario.
Teniendo en cuenta esta situación, está por ver qué pasará en las próximas semanas. Eso sí, el Observatorio Meteorológico de Cuenca prevé unos próximos siete días donde las temperaturas aumentarán, lo que indica que habrá que esperar para la llegada de las jornadas gélidas.