Hubo una época en que los veranos no eran tan activos como lo son ahora y la fiebre de los festivales ni siquiera estaba en periodo de febrícula... Fue entonces cuando un grupo de jóvenes de la localidad se reunieron para plantear la creación de un festival de «arte nativo» que reflejase la esencia de su grupo, así como de la cultura local y las inquietudes artísticas. Un evento que habían visto en otros municipios con actividades similares y que quisieron recrear a su manera. Javier Collado, junto con Samuel de la Ossa y demás cerebros creativos como Leticia Jiménez o Álvaro de la Ossa, crearon el Caño-ON, un festival que en estos veinte años ha visto nacer y crecer a una generación de artistas alternativos tanto a nivel local como nacional con nombres como La Raíz, los inicios de lo que ahora es Vetusta Morla, Bongo Botrako o Rozalén.

En 1997, según comenta Samuel de la Ossa, «nació el germen» de crear un festival «a la altura de Tarancón». «Queríamos un festival alternativo que sirviese como punto de reunión para congregar múltiples disciplinas artísticas de la cultura popular», señala él que fue uno de los mentores del evento y que apunta así a las actividades organizadas año tras año como talleres de títeres, graffitis, mercadillos o pasacalles con charangas locales y gigantes y cabezudos. De esta forma, la cercanía por la que siempre apostaron es hoy una seña de identidad que en ediciones pasadas llegó a congregar a miles de personas en el Centro Escénico San Isidro. «Hubo en ediciones previas a la pandemia que rondamos los 5.000 asistentes», afirma De la Ossa que valora positivamente el transcurso y la proyección de este festival, creado bajo el paraguas de la Asociación Barrios de Luna, entidad puesta en marcha por jóvenes de aquel entonces entre los que estaba Javier Collado.

«Caño-ON es para nosotros como un hijo, después de estos veinte años hemos creado un colectivo de amigos único», subraya Collado del proyecto que, aunque empezó como un hobby, desembocó en que muchas personas pudiesen formarse en aquello que amaban y dedicarse laboralmente a diferentes ramas del mundo de la música. «Nos hemos nutrido entre todos de un ambiente que comenzó como un simple concierto de tarde, a conciertos diarios de estrellas emergentes con miles de personas, a un ambiente más familiar», indica el polifacético taranconero.

«Es un proyecto del que sentimos muchísimo orgullo, agradecemos el apoyo del Ayuntamiento y sobre todo de las cientos de personas que lo hacen posible y crecieron en lo personal con nosotros», afirma emocionado Javi con la visión puesta en las parejas e hijos «nacidos del Caño-ON» y en los que confía, junto con la inquietud de otros vecinos, para que el proyecto tenga relevo generacional. «Aguantaremos 'al pie del caño-on' y veo chavales tanto dentro como fuera de la asociación con ganas de tirar adelante», confía el artista ante un festival con esencia propia natural.