El peor mal que pueden tener unos padres es ver cómo sus hijos padecen enfermedades y no poder hacer nada al respecto. La familia de Elsa siente esa impotencia día a día y recoge cada granito de arena que puede para contribuir a la lucha contra el cáncer infantil. En el día internacional contra esta enfermedad reivindicó «la necesidad de recaudar dinero para investigaciones tan necesarias para ayudar a estos pequeños». Se sumó también a esta iniciativa el Ayuntamiento de Tarancón en una jornada celebrada durante el mercadillo local.

Laura Gómez, madre de Elsa, recuerda que «cada año en España se diagnostican 1.500 nuevos casos de esta enfermedad y que más de 200 de ellos, por desgracia, no sobreviven». Celebra que éste no sea el caso de su hija, pero «soy consciente de que no todos los niños tienen esa 'suerte'». Cada oportunidad que tienen, tanto Laura como su familia y los voluntarios de la asociación, trabajan para recaudar dinero y destinarlo a la investigación del cáncer infantil. Consideran que «hemos avanzado mucho porque tenemos grandes investigadores en nuestro país, pero les faltan recursos, esos que desde 'Cambiando vidas con Elsa'  pedimos cada día». 

Durante la jornada de ayer instalaron una mesa con la venta de pulseras y abalorios, creados por ellos y por voluntarios para recaudar dinero. Además, apuntan que «la gente puede contactar con nosotros a través de las redes sociales o de nuestra página web; cualquier ayuda, colaboración o donación es bienvenida». Desde la asociación agradecen «el apoyo que recibimos de las personas cada día en esta intensa lucha y también al Ayuntamiento por su ayuda». Laura afirma que seguirán trabajando por lograr más recursos para que «los niños y niñas con esta enfermedad puedan tener una vida normal como cualquier niño de su edad».

Lorena Cantarero, concejala de Régimen Interior, Personal, Empleo y Salud, les acompañó en representación del Ayuntamiento taranconero, sumándose a esta conmemoración también con la instalación de una pancarta en el balcón principal del edificio consistorial tiñiéndolo de amarillo, «que representa el color dorado de la empatía y solidaridad por los menores con cáncer». Un gesto de apoyo tanto a Elsa como a todos los niños que padecen esta terrible enfermedad.