Los embalses de la provincia de Cuenca afrontan el verano en buenas condiciones en lo que se refiere a las reservas de agua. Si hace un año la sequía causaba estragos con los embalses muy por debajo de lo que suele ser habitual, este año la situación es distinto. A l final de la primavera, cuando sólo quedan unos días para el cambio de estación, las reservas están por encima de la mitad de su capacidad total.
Los embalses conquenses se encuentran al 50,8% de su capacidad total, lo que supone 1.626 hectómetros cúbicos, con lo que acumulan 271 hectómetros cúbicos más que hace un año por estas mismas fechas. En términos porcentuales el incremento es casi del 20 por ciento porque hace un año, en medio de un intenso periodo de sequía y de altas temperaturas, los embalses de la provincia almacenaban 1.355 hectómetros cúbicos.
Este año la situación es distinta. Según datos que facilita el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) los tres embalses en la provincia de Cuenca –La Toba, Alarcón y Contreras– acumulaban el viernes 998,5 hectómetros cúbicos. En el caso del embalse de Alarcón, que es el que tiene una mayor capacidad de los tres, con 1.118 hectómetros cúbicos, las reservas asciende a 740 hectómetros cúbicos, cuando en junio del año pasado eran de 653 hectómetros cúbicos.
También La Toba, que constituye una de las reservas de agua más importantes de la Serranía de Cuenca, tiene un volumen embalsado superior al de mediados de junio de 2023. Contreras es el único embalse conquense de la CHJ que tiene menos agua embalsada en estas fechas en comparación con las mismas del año pasado.
Por su parte, el SAIH de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) cifraba las reservas de los embalses de Buendía y Molino de Chincha en un total de 627, 76 hectómetros cúbicos. Esta cifra es muy superior a la djunio de 2023 cuando entre los dos embalses disponían de 395 hectómetros cúbicos, algo más de la mitad que en la actualidad. Las precipitaciones de los últimos meses beneficiaron mucho a Buendía, uno de los embalses de cabecera del Tajo junto al de Entrepeñas, a día de hoy con unas reservas de 622 hectómetros cúbicos frente a las 389 de esta misma semana de junio del año pasado.
También en la CHT, el embalse de Molino de Chincha, en Carrascosa de la Sierra, que tiene una capacidad total de seis hectómetros se encuentra al 84 por ciento con 5,76 hectómetros cúbicos de agua embalsada.
Las lluvias de los últimos días, y las temperaturas frescas también han contribuido a que el verano comience con unas reservas de agua muy superiores a las del año pasado. El estado de los embalses es consecuencia de una primavera que comenzó con unas intensas lluvias en la última semana de marzo, coincidiendo con la Semana Santa, que ayudaron a recargarlos de una manera efectiva. Sólo en la capital, el Observatorio Meteorológico de Cuenca recogió entre los días 25 y 31 de marzo 79 litros por metro cuadrado. Es una cifra notable porque supone el 16 por ciento de la precipitación media anual. En abril y mayo también llovió, aunque la precipitación total de 28,2 litros por metro cuadrado estuvo por debajo de la media.
Precisamente hoy, 17 de junio, que se conmemora el Día Mundial para combatir la desertificación y la sequía, es un buen momento para recordar que a pesar de la mejor situación de los embalses, el agua es un bien preciado y necesario.