Los avances en medicina no llegan de la nada o por gracia de Dios, sino que es el resultado de años y años de trabajos y proyectos de investigación en los que se ven involucrados miles de profesionales. Son muchos casos de ensayo y error. Los análisis positivos que se obtienen permiten combatir cada problema médico con mejores herramientas, desde una posición más certera y con mayor probabilidad de cura.
La joven conquense Marta Colmenar, graduada en Ingeniería Biomédica por la Universidad Politécnica de Madrid, es consciente de ello y desde hace poco más de dos años se encuentra inmersa en un programa de investigación en Berna (Suiza) sobre la «predicción de la progresión del glaucoma». El estudio trata de abordar esta neuropatía óptica que genera un aumento de la presión ocular, que se manifiesta con la pérdida del campo visual e incluso puede llevar a la ceguera. Son muchas las horas que esta joven pasa frente al ordenador. Aporta siempre su granito de arena a un gran equipo que no descansa con el fin de tener más ventajas y esperanzas el día de mañana.
En concreto, Marta Colmenar, que se formó primero en el Colegio FEC La Sagrada Familia y cursó después Bachillerato en el IES San José, explica que el objetivo de la investigación es «encontrar la fórmula de cómo neutralizar esta enfermedad que no tiene cura y, al menos, conseguir que no se desarrolle durante un largo periodo de tiempo». Ese es el resultado final que ansía alcanzar. La joven puede formar parte de esta ambiciosa e internacional investigación gracias a la asociación de estudiantes que favorece el intercambio para la adquisición de experiencia profesional mediante prácticas remuneradas en el extranjero (Iaste). Este organismo le permitió hace dos años y medio trasladarse hasta el país suizo y entrar por la puerta de una prestigiosa compañía de ingeniería biomédica de la capital suiza.
Tanto le gustó su primer año de curro que ha podido prolongar esta labor, mientras amplía su formación profesional con el Máster en Inteligencia Artificial en Medicina, que es la rama médica a la que quiere dedicarse el día de mañana, y cuya formación de dos años concluirá en unos meses. «Tenía claro desde un principio que es lo que quería estudiar y la rama en la que quería formarme».
El próximo mes de junio cumplirá tres años en Suiza y el balance es «bastante positivo porque estoy aprendiendo mucho y la investigación va por buen camino». En esa fecha veraniega no sabe si retornará a España o, en cambio, continuará en el extranjero. El motivo es que «tengo muy claro que quiero hacer un doctorado». Las probabilidades de hacerlo fuera de las fronteras españolas crecen porque «está mejor valorada la investigación en otros países». No obstante, la joven ingeniera biomédica de tan solo 24 años recalca que su sueño es «trabajar el día de mañana en España». Quiere hacerlo aquí, aunque antes deben de darse las condiciones idóneas para volver a su país natal. Tampoco sabe a ciencia cierta si lo hará en un organismo público o privado.
Inteligencia Artificial. La digitalización de la medicina proporciona enormes cantidades de datos, un tesoro de inmenso valor para el futuro de la misma. Marta, que es natural de Castejón, recalca que «la Inteligencia Artificial (IA) es fundamental para avanzar en medicina». El máster que está cursando y el doctorado que hará el próximo año van enfocados en este sentido. Una formación dirigida a enseñar cómo aplicar los conocimientos para diseñar, desarrollar y evaluar sistemas inteligentes en todo el ciclo de vida médico y clínico.
La joven ingeniera biomédica incide en que es vital usar la IA para «automatizar muchos procesos médicos», lo que facilitaría el trabajo diario de los profesionales de la salud y los pacientes tendrían más oportunidades. En cambio, Marta recalca que la inteligencia artificial, que llegó hace unos años para quedarse, «no puede aplicarse para dar diagnósticos». Es justo en esa materia en la que quiere centrar próximamente todos sus esfuerzos.