La segunda edición de la Escuela Capuchina organizada por la Junta Mayor de Hermandades reunió a más de 90 niños. Se trata de una iniciativa que busca inculcar los valores de esta celebración, así como comprometer a los más jóvenes con la Semana Santa taranconera.

Las tradiciones son un tesoro que debe preservarse para continuar aportando historia y cultura a las nuevas generaciones. Son ellos lo que se tienen que encargar de proseguir con el legado de la ciudad. Es por ello que la Junta Mayor de Hermandades y Cofradías de la Semana Santa de Tarancón creó la Escuela Capuchina en 2023, con el objetivo de promover actividades para niños y jóvenes, así como para el desarrollo de iniciativas didácticas que ayuden a mantener viva la fe y dar a conocer la labor que llevan a cabo las hermandades de la Pasión que existen en la localidad. 

En su segundo año de vida, se han dividido las actividades en dos jornadas. La primera tuvo lugar este fin de semana, cuando alrededor de 90 niños se reunieron para conocer más sobre las tradiciones de su ciudad. A través de juegos educativos, los pequeños conocieron la procedencia y la historia de la Semana Santa de Tarancón. Se les presentaron las hermandades, conociendo en detalle cada una de ellas, sus pasos procesionales y los característicos hábitos que las identifican. Esta actividad no solo busca el compromiso y el conocimiento de los más jóvenes, sino que también «promueve el respeto y la comprensión hacia las tradiciones de Semana Santa, fomentando así un ambiente de aprendizaje cultural», puntualizan los monitores de la Escuela. De esta forma, los niños realizaron actividades de todo tipo como manualidades en las que pintaban dibujos o construían sus capuchinos con cartulinas. También algunas más teóricas como charlas educativas o lecciones de cómo llevar un paso. 

Esta actividad va dirigida a todos los niños para que conozcan la historia de las hermandades a través de juegos. - Foto: Junta Mayor Hermandades Tarancón

En el grupo de trabajo abierto que se encarga de su desarrollo están representadas todas las cofradías que existen en la actualidad en la ciudad, teniendo como monitores a dos voluntarios de cada una de ellas. Uno de los encargados de instruir a los niños fue el capataz Ángel Muñoz, quien fue el encargado de enseñarles a llevar los pasos, medir los hombros para saber su posición en la procesión o los tipos de pasos que hay y en qué se diferencian. Esta clase teórica era muy necesaria, ya que en la segunda jornada de esta Escuela serán ellos los que procesionarán con las imágenes que serán cedidas por las propias hermandades. 

Los organizadores afirman que  la procesión que realizarán los niños «pretendemos que sea lo más real posible, que ellos se lo tomen en serio para que puedan experimentar el respeto y la solemnidad de esta celebración». Esta segunda jornada tendrá lugar el próximo sábado y se espera que la participación sea incluso mayor que esta pasada cita. «Esperamos que el tiempo acompañe más, porque eso nos ha limitado en esta primera jornada», lamentan los monitores. En la segunda cita los niños que puedan y que tengan posibilidad, tendrán que vestir un hábito para que todo sea más realista. «Van a participar un cura, dos tambores de cada hermandad y, al menos, cinco pasos, casi como una procesión de verdad», afirman los organizadores.