El avance de las energías renovables está siendo imparable en las últimas décadas a lo largo y ancho del territorio nacional, de norte a sur y de este a oeste. Y en este desarrollo sostenible, tanto Castilla-La Mancha, en general, y Cuenca, en particular, tienen mucho que decir.
No en vano, «Cuenca es, ahora mismo, la provincia de la región con mayor potencia de generación eléctrica renovable, con 3.957 megavatios (MW)», tal y como asegura a La Tribuna el director general de Transición Energética del Gobierno autonómico, Alipio García.
Y es que esos casi 4.000 megavatios representan más de la cuarta parte (26%) de la potencia total de energías verdes instalada en Castilla-La Mancha en estos momentos, de los que 2.200 MW corresponden a las 2.700 plantas fotovoltaicas existentes en territorio conquense, 1.600 a los 34 parques eólicos repartidos por una veintena de municipios y los 165 restantes a producción hidráulica.
Cuenca casi cuadruplica su potencia en renovables en ocho años - Foto: Elaboración propiaCrecimiento. Pero si las actuales cifras de energías renovables de Cuenca son más que destacables, no lo es menos la evolución al alza experimentada por la provincia en los últimos años en este ámbito.
Basta con irse ocho años atrás para comprobar lo que ha cambiado Cuenca en tan poco tiempo, puesto que en 2016 tan solo tenía 1.077 megavatios, de los que 847 correspondían a 21 parques eólicos y los 230 MW restantes a 2.652 plantas fotovoltaicas.
Números que nada tienen que ver, por ejemplo, con los casi 4.000 megavatios de potencia instalada en la actualidad, 2.880 MW más que hace ocho años, por lo que en este periodo casi se ha cuadruplicado, según las cifras oficiales del Gobierno regional.
- Foto: Elaboración propiaSi ahondamos en el liderazgo de Cuenca en energías renovables, se puede resaltar que el 30% de la potencia de generación eléctrica de origen fotovoltaico de la comunidad autónoma está instalada en territorio conquense, por lo que «se puede decir que es colíder con Ciudad Real», indica García, al tiempo que recalca que «es la segunda con más potencia eólica instalada, por debajo solo de Albacete».
Esto es fruto, a su juicio, «de la fuerte apuesta de Castilla-La Mancha por este tipo de energías, cuyo desarrollo se remonta de manera significativa a finales del siglo pasado».
No obstante, considera que aún hay mucho por crecer, aunque «hay que ser coherentes, porque el desarrollo de estas energías debe de ir en paralelo a la protección y conservación del medio natural, además de acometerlo equitativamente en todo el territorio y respetando la iniciativa privada, que es quien invierte».