Rondadores cantan en la noche de las habaneras de La Merced

Redacción
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Ante una plaza abarrotada, en la que se agotaron todas las plazas previstas y el público llenó rampa y escalinatas, quedando muchas personas de pie, los Rondadores interpretaron un total de siete canciones.

Rondadores cantan en la noche de las habaneras de La Merced

El grupo Rondadores actuó en el Festival de Habaneras y Otras Canciones celebrado en la Plaza de La Merced el pasado martes. El encuentro, enmarcado en el ciclo de conciertos Cuenca Cultura a Cielo Abierto organizado porel Ayuntamiento, contó con la intervención de tres grupos conquenses, actuando en primer lugar el coro Sottovoce, coorganizador del evento junto con el Ayuntamiento, en segundo lugar el coro del Conservatorio de Cuenca y, en último lugar, Rondadores, poniendo el broche de oro a la brillante intervención de los dos grupos anteriores.

Ante una plaza abarrotada, en la que se agotaron todas las plazas previstas y el público llenó rampa y escalinatas, quedando muchas personas de pie, los Rondadores interpretaron un total de siete canciones: tres habaneras, un bolero, una canción popular y dos valses mexicanos, con un silencio y entrega completos del público, que disfrutaba las canciones visiblemente en la expresión de sus rostros, en sus gestos y, cómo no, en sus calurosos aplausos, que animaron a los Rondadores a ofrecer una canción fuera del programa inicial.

Según han manifestado, los Rondadores quieren dar públicamente las gracias al Ayuntamiento y a su Concejalía de Cultura por su inclusión en este programa, y también al personal que realizó los montajes escénicos, de luz y de sonido por su profesionalidad, así como al director del coro Sottovoce, José García Llopis, por haberles invitado a participar en el privilegiado último lugar en este concierto.

El talento trabajado y el buen gusto musical de Sottovoce y el coro del Conservatorio, los mudos sillares de las portadas multiseculares del Seminario y La Merced, los juegos de penumbras y luces multicolor creados por la iluminación del escenario y, sobre todo, el calor y el cariño entregado del público que llenaba la recoleta plaza, fueron los ingredientes que, al fundirse, dieron a los Rondadores la oportunidad privilegiada de culminar, después de la magnífica interpretación de los dos grupos anteriores, una noche dulce de auténtica magia, en la que los crescendos y pianos, ritmos y expresiones de voces e instrumentos, cobraban vida, fluyendo por los rincones del espacio, y se metían bajo la piel hasta emocionar a los corazones enamorados.