Un cuento con final feliz

Manu Reina
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Los vecinos de Villar del Águila, una pedanía con 22 habitantes, crean una biblioteca en tres meses que cuenta con más de 4.000 libros

Un cuento con final feliz - Foto: Manu Reina

El saber no ocupa lugar para una pedanía de apenas una veintena de amantes de la cultura. Y si no, que se lo pregunten a la Asociación Cultural y de Vecinos de Villar del Águila, cuya jurisdicción recae en el municipio de Torrejoncillo del Rey. Con el amor hacia su pueblo han creado una biblioteca en apenas tres meses. Ver para leer.

Podría parecer sencillo, pero es toda una odisea que se lleva a cabo con la voluntad de que «tanto jóvenes como mayores sigan arraigados a su pueblo, y que vean, especialmente los más pequeños, que aquí tienen muchas cosas que hacer», apunta la presidenta de la asociación Estrella Bravo, que será además quien ejerza de bibliotecaria. Todavía con el sudor en la frente han hecho realidad un sueño. 

El reto era mayúsculo, pero gracias a una «solidaridad desbordada» han recibido más de 4.000 ejemplares. Una donación que traspasa fronteras porque han participado voluntarios de Castellón, Valencia, Madrid y de la propia provincia conquense, entre otros puntos de origen. El aluvión de entregas es tan elevado que «hemos tenido que parar, por el momento, las donaciones». Las redes sociales hicieron magia para llenar un espacio municipal de libros, información y sabiduría. También por iniciativa propia, porque «hemos hecho muchos viajes con el coche para recoger los libros», señala. 

Un cuento con final felizUn cuento con final feliz - Foto: Manu Reina

La biblioteca de Villar del Águila cuenta con todo lujo de detalles. Estrella, que cuenta con el apoyo incondicional de su junta directiva, compuesta por Natalia, Olga, Juan y José, ha elaborado a mano las fichas de miles de libros, con lo que ello supone. De esta forma, «podemos ver quién ha donado cada libro, la fecha y el título del ejemplar». Todos estas referencias están guardadas por orden alfabético para así encontrar el ejemplar a la primera entre todas las estanterías, que también han sido donadas. Al igual que las mesas, sillones, cuadros, lámparas y sillas. Gran parte de este material procede del antiguo colegio que existió hace muchas décadas en este maravilloso lugar. 

También están registrados hasta la fecha, a mano, 3.500 libros. Un catálogo que se ampliará con otro millar que espera para pasar lista. Son muchos libros, pero no tiene pérdida porque, estas enamoradas de su tierra natal, respaldadas por una población volcada en la causa, han elaborado etiquetas de colores para diferenciar a unos de otros por géneros. La más curiosa es la de color blanco, que tiene un valor muy importante y que, por el momento, notifica que no se puede prestar. Y es que las estanterías albergan cualquier tipo de género.

Los usuarios tendrán un carné propio y siempre contarán con Estrella para cualquier consulta, además de hacer uso de la biblioteca, que se convierte en el punto neurálgico de la vida social y también formativa de la pedanía. Aún no hay horario fijado, pero muy pronto lo habrá, ya que primero hay que esperar a que se inaugure mañana, a partir de las 20 horas, en un evento en el que se prevé la asistencia de un centenar de personas. 

Un cuento con final felizUn cuento con final feliz - Foto: Manu Reina

Vecinos. El resto de los vecinos están encantados. Antonio Sánchez, que ha pisado el espacio en infinidad de veces en este proceso de equipamiento, señala que es «un proyecto verdaderamente admirable» y subraya que «tiene que servir de ejemplo para otros pueblos». Que a nadie le quepa la menor duda de que es «verdaderamente un estímulo para los demás». Antonio ha donado un libro fechado en 1906 y cuyo título es El Hombre y La Tierra, de Elíseo Reclus, previo al famoso programa de Félix Rodríguez de la Fuente. Esta biblioteca tiene un valor «incalculable». 

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Un cuento con final feliz - Foto: Manu Reina

Este hecho es inédito. Cuando parecía que Villar del Águila estaba condenada a sucumbir por la temida despoblación, un grupo de vecinos han dicho basta. Están decididas a dar vida «a nuestro querido pueblo, el lugar en el que nos hemos criado y en el que somos muy felices». La biblioteca es el primero de muchos proyectos. El siguiente será crear un archivo de fotografías para recopilar instantáneas de todas las familias y también edificios, siendo así un lugar donde rememorar todos los recuerdos.