Se trata, sin duda, de una de las imágenes más esperadas en la capital conquense en las últimas décadas. Después de años y años de proyectos y más proyectos, que fueron quedando en papel mojado, en aras todos ellos de mejorar la accesibilidad al Casco Antiguo de la ciudad de Cuenca, al final uno, el promovido por el Gobierno regional hace ya más de cuatro años, ha comenzado a tomar forma.
Y lo ha hecho, más allá de los numerosos estudios y trabajos previos ejecutados, con el arranque propiamente dicho de las obras de construcción de los futuros remontes mecánicos a la parte alta de la ciudad, que llevan a cabo la empresa pública Tragsa.
La presencia desde hace un par de semanas de operarios trabajando en el barrio de San Martín viene a escenificar la materialización de este proyecto, que afronta, de esta manera, los próximos dos años para ejecutar una de las infraestructuras de mayor envergadura de la historia de la ciudad.
Vallado del entorno del Jardín de Cecilio Albendea. - Foto: Miguel A. RamónEn la última quincena, se vienen desarrollando labores de vallado y señalización de la parte del barrio de San Martín afectada por las obras, así como de desbroce de las zonas ajardinadas, donde, precisamente, se construirán los seis tramos de escaleras mecánicas y los seis ascensores con los que se salvarán los 57 metros de desnivel existentes entre el Paseo del Huécar, frente al Auditorio José Luis Perales y la calle del Colmillo, junto al Ayuntamiento.
Mucho movimiento estos días en esta parte de la ciudad, donde el trasiego de operarios es continuo y su actividad se está centrado esta semana en el vallado de la confluencia de la calle Santa Catalina con la Bajada de San Martín y en el desbroce del Jardín de Cecilio Albendea, donde, por cierto, se construirán el último tramo de escaleras mecánicas y el sexto ascensor.
Fase inicial. Pero éstos no son los únicos trabajos que se están ejecutando en estos primeros pasos del proyecto, puesto que también se están acometiendo las últimas auditorías de las viviendas de la zona, que se están dilatando más de lo previsto por la dificultad que se están encontrando para contactar con los propietarios de algunas de estas casas del Casco Antiguo.
En la actualidad, se trabaja en el cerramiento de las zonas de actuación. - Foto: Miguel A. RamónY, asimismo, se están desarrollando los trabajos previos a la inminente instalación en las paredes de las viviendas del entorno de la obra de unos sensores de movimiento y ruido, con el objetivo de hacer un seguimiento durante el desarrollo de los trabajos y comprobar si se están produciendo molestias a los vecinos.
Eso sí, antes de su instalación, estos sensores deberán ser debidamente calibrados, ya que, al estar a la intemperie, el calor y el frío pueden alterar las mediciones.
Una vez se complete su colocación y puesta en servicio, se dará paso, probablemente en unas semanas, a los trabajos de extracción de tierras de las zonas ajardinadas para construir los muros pantalla, que permitan soterrar las escaleras y alzar las torres de los ascensores.
Aspecto que presentan en la actualidad las escaleras de la calle Santa Catalina. - Foto: Miguel A. RamónEntre tanto, las obras se centran en el mencionado desbroce y cerramiento de zonas, que no sólo vendrán a garantizar el buen desarrollo de los trabajos, sino también a otorgar una mayor seguridad en la zona, puesto que no hay que olvidar que las obras convivirán con el tránsito peatonal y rodado por la Bajada de San Martín y la calle Santa Catalina.
Vías que, no obstante, podrán quedar interrumpidas puntualmente por la intervención de maquinaria en la obra, como es de esperar.
Ya en marcha, por lo tanto, la construcción de los futuros remontes al Casco, que suponen una inversión de 15,7 millones de euros, con cargo a fondos europeos de recuperación, por lo que deberán estar concluidos antes del 31 de diciembre de 2025.